el 95% de la población mexicana es bautizada católica. De este porcentaje original, ahora el 90% es católico, el restante 10% en su mayoría ha pasado a convertirse o practicar algún culto derivado del cristianismo.
Del 90% de católicos en México, no se imaginan la cantidad de personas que acuden con adivinos, espiritistas, santeros, cartomancistas, etc. Los mismos sacerdotes y monjas lo hacen, lo sé de primera mano, pero no voy a balconear a nadie. Algunos ejemplos de adivinación y magia dentro del cristianismo lo encontramos en personas como Alberto Magno, obispo alemán, que praticaba la Alquímia; Eliphas Levi, sacerdote católico y gran promotor de la magia simbólica; Nostradamus, más que famoso y devoto cristiano, después de convertirse siendo judío; Edgar Cayce, otro devoto cristiano que profetizaba el futuro y proporcionaba curas a enfermedades en estado de trance; Benjamín Solari Parravicini, adivino argentino que a través de psicografías o dibujos hechos en estado de trance profetizaba hechos venideros, como la caída de las Torres Gemelas; nos podríamos extender demasiado.
El mismísimo Maestro Jesús lo dijo y está asentado en la escritura: "-...lo que yo hago lo pueden hacer vosotros, si vuestra fe fuera del tamaño de un grano de mostaza, le dirían a esa montaña, 'muévete de aquí hacia allá' y se moverá...-" El mismo Jesús profetizó la caída de Jerusalén a manos de las legiones del general romano Tito, y dijo: "-... no quedará piedra sobre piedra... no pasará de esta generación antes de que estos hechos sucedan...-". Bueno, Jesús es Jesús, el Cristo.
Las religiones antiguas, que preceden al cristianismo tienen como rito fundamental las prácticas adivinatorias. De hecho, aun existen y se practican varias, como la Santería, heredera de cultos africanos milenarios. Los judíos cuentan con una tradición adivinatoria milenaria: la Kábala. En el Tíbet se practican rituales adivinatorios para, por ejemplo, encontrar al nuevo Dalai Lama cuando muere el inmediato anterior.
Me parece sospechosa la idea de que, dentro del cristianismo, y sobre todo la religión católica, todo lo que sea artes adivinatorias o magia sea aceptado y catalogado como "intercesión Divina". Cuando los mismos fenómenos suceden fuera del cristianismo, se le tacha de paganismo o satanismo.
No es mi deseo entrar en controversia o herir susceptibilidades, pero por favor, échenle un ojo a la historia de la Iglesia Católica, al Concilio de Nicea, a los evangelios apócrifos, a la historia de la Santa Inquisición.
En lo que si estoy de acuerdo en lo que a la prohibición de las artes mágicas y adivinatorias por parte de la Iglesia Católica, es que el vulgo, el pueblo común, no debe involucrarse en tales lides, en cuanto a que su preparación tanto cultural, mental y espiritual no le permitiría manejar con propiedad el poder de la energía enfocada y dirigida haca un fin. Sería en extremo peligroso para su vida y salud. En la magia Dios está ante todo, y nada se hace sin pedirle permiso o sin su consentimiento.
Sugiero que la gente que no está de acuerdo con estas cosas, si bien tiene todo el derecho de externar su opinión, respete, no satanice, y se documente debidamente si le interesa.
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