...algo asi, frida...
Psicopatología y Semiología Psiquiátrica: PSICOPATOLOGÍA DEL YO (Psicopatología de la dimensión realidad-irrealidad)
3.1. PSICOPATOLOGÍA DEL YO
A. PSICOPATOLOGÍA DE LA DIMENSIÓN REALIDAD-IRREALIDAD
* Psicopatología de la dimensión realidad-irrealidad en relación al entorno: La defectuosa integración de la dimensión realidad-irrealidad se traduce en un compromiso del principio de realidad, que puede ser afectado en los tres niveles que señalamos: apreciación, sentido y juicio de realidad.
a) Trastorno de la apreciación de realidad en relación al entorno: el yo capta y percibe la realidad con un sesgo importante. Su conflicto reside en apreciar los hechos, las personas y objetos que lo rodean desde una predisposición interna, repetitiva, rígida, poco flexible y obstinada, con especial dificultad en enriquecerse en su interacción con ella, y más bien enfrentándola con moldes prefijados. Es lo que vemos en los típicos trastornos de personalidad. El obsesivo siempre aprecia la realidad como caótica, despertando en él deseos de controlarla. El histérico la mira desde el prisma de lo sensual, de la excitación, tratando de manejarla para obtener estas satisfacciones. El dependiente repara en los aspectos de apoyo o abandono y su manejo se orienta en conseguir el primero. Un narcisista percibe casi exclusivamente cuáles son las fuentes de admiración y cuáles las de rechazo, para aproximarse a unas y alejarse de las otras. En todos estos trastornos mencionados, y en los que quedan, esta apreciación parcial de la realidad compromete la funcionalidad yoica, afectando su estabilidad, fortaleza, capacidad de romper círculos viciosos y flexibilidad adaptativa en un grado significativo.
Es muy difícil fijar los límites de la elaboración neurótica de la realidad (apreciación de la realidad) pero podríamos decir que ella altera el relieve de la realidad en el sentido de que el yo neurótico en su apreciación omite elementos de ella y exalta o advierte otros, sin caer en errores, propiamente de juicios, sino de toma en cuenta. De ahí que el calificativo de condición neurótica emana del contexto clínico y no de las unidades sistemáticas que le haremos referencia.
b) Trastorno del sentido de realidad en relación al entorno: en este nivel de compromiso el yo capta la realidad con un sesgo tal, que no sólo compromete su apreciación sino además su sentido. En este yo es difícil precisar cuál es su propósito vital, hacia dónde camina, qué busca y de qué manera incorpora los elementos de la realidad para construir sus proyectos. No se advierte el sentido en las áreas más relevantes de su vida. Su vida laboral es inestable, discontinua e inconsistente, dejada al arbitrio de las circunstancias, con expectativas muy pobres o extremadamente altas para sus posibilidades y condiciones. Su vida afectiva sufre similar caos. Relaciones de pareja inestables, sin proyección, múltiples y cambiantes, o muy pobres y casi inexistentes. Lo mismo en su vida familiar. Esta misma desorganización se muestra en sus compromisos con la sociedad y con sus sentimientos de trascendencia. Sus amistades son vividas con igual sentimiento de inmediatez y sin el necesario cuidado y cultivo que requieren para proyectarse con un sentido propio para él. Este compromiso yoico lo presentan el límite (borderline), el paranoico y el esquizotípico.
c) Trastorno del juicio de realidad en relación al entorno: el trastorno del principio de realidad a este nivel es grave. Se ve afectado el cimiento, los ladrillos básicos que permiten al yo captar un sentido de realidad y apreciar la realidad. En el capítulo sobre psicopatología del pensamiento, descubrimos las alteraciones del juicio, como consecuencia de una vivencia de realidad perturbada. Esta vivencia de realidad, definida por Jaspers como "vivencia que percibimos corporalmente, que está en la conciencia del ser, y que significamos desde la resistencia que nos opone", es una vivencia de significaciones. Es la significación de lo percibido, lo trastornado en esta categoría. Este proceso de conmoción yoica puede provenir desde lo sintomático, por ej. un compromiso de conciencia, pero también desde un compromiso más estructural, derivado de una deficiente integración de las polaridades de la dimensión realidad-irrealidad, donde el yo va quedando sumido en la irrealidad. Este proceso de desintegración yoica conduce a las percepciones y ocurrencias delirantes primarias, donde el entorno es paranoideamente amenazante, y esquizoideamente evitado.
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Ultima edición por valentin1 el Jul 15 2016, editado 1 vez
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