Replicando y en la procesión
Por José M. Murià jm(0)pgc-sa.com
Gentilicio capitalino
Encontrar un nombre genérico o gentilicio para quienes viven o son oriundos de la capital de los Estados Unidos Mexicanos no ha sido nunca fácil.
Claro está que el primero que se ocurre y el que tiene también más abolengo es el de chilango, que resulta sumamente preciso, pero en términos generales ha sido de tal manera desagradable el comportamiento de los pobladores del valle de Anáhuac para los provincianos, ya sea en su propio cubil como en cualquier parte de lo que gustan llamar “el interior” que finalmente tal denominación adquirió un carácter sumamente peyorativo, máxime que el rencor acumulado, muchas veces con fundamento en experiencias concretas desagradables, dio lugar a que con frecuencia fuera precedido del poco preciso pero sí francamente grosero calificativo de pin che. De esta manera resulta un término ofensivo.
Es evidente que el término capitalino adolece del defecto de que capitales hay en cada estado de la república y, por ende, carece de precisión. Si usted dice tapatío, por ejemplo, que se refiere a capitalinos de Jalisco, resulta que no pueden ser otros que los de Guadalajara. El mismo caso es el de culiches, el de regios o el de cachanillas, referentes a las capitales de Sinaloa, Nuevo León y Baja California, respectivamente.
Asimismo, durante mucho tiempo se hizo general la costumbre de referirse a la gran urbe como D.F. (deefe), a veces hasta pasando por alto la penetración en sus calles del Edomex. Es cierto que no había confusión, pero el gentilicio que afloró resultó peor.
Recuérdese que, cuando los habitantes del Estado de México, de capital Toluca, lograron generalizar el gentilicio de mexiquense, ello dio pie a que a los habitantes del D.F. se les calificara como defequenses… No precisamente con buena intención.
Ahora, guiados por la mano sabia de su jefe de Gobierno, la Entidad federativa conocida desde hace tantos años como Distrito Federal, cuyos sábados fueron inmortalizados por la canción del gran michoacano Chava Flores —achilangado a más no poder, en el mejor de los sentidos— ahora se ha convertido legalmente en el Estado de la Ciudad de México y se ha lanzado una convocatoria para que se elija un nuevo gentilicio.
El doctor Mancera piensa incluso convocar a una consulta general de los habitantes, pero ni por aquí se le ha ocurrido la posibilidad de preguntarnos a todos, en especial quienes vivimos fuera de la enorme metrópoli, quienes somos, precisamente, los más necesitados de un término que los identifique.
Si no nos convence corren el riesgo de que los chilangos-defequenses se llamen a sí mismos de un modo y el resto de la patria conserve otro, tal vez incluso con todo y los adjetivos calificativos.
Febrero 5 2016 Por: José M. Murià
...se te ocure un gentilicio mejor?...participa!!
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