No me quiero morir...

Si estuvieran en la antesala de la muerte y tuvieran pleno uso de sus facultades mentales...

¿Permitirían que su conciencia cerebral y sus capacidades fuesen transferidas a una computadora? La mayoría de las personas a quien les he preguntado esto responden con un categórico "NO". Ahora supongamos que la transferencia es hecha en un androide de características físicas y manerismos semejantes a ustedes, a la persona real. La mayoría de las personas aun dirían que no. Pero yo diría que "sí" a cualquiera de los extremos y a cualquier cosa intermedia.

En una ocasión le pregunté a mi esposa si me seguiría amando aunque tuviera una pierna postiza. Me respondió con un "sí" inmediato. Siguió afirmando que sí lo haría aun ante el prospecto de una prótesis en el brazo, un corazón artificial, riñones, páncreas, pulmones, estómago y oído interno. Pero cuando sugerí ojos artificiales la respuesta fue un rotundo "no", y agrego:

"¿Un momento, no te me irás a morir a plazos verdad"?

Mi siguiente pregunta fue la siguiente: ¿Hasta qué punto vas a decir que no soy yo el que está habitando en una amalgama de músculo, sangre, metal y electrónicos? ¿Es hasta que damos el último paso, cuando transferimos mi cerebro desarrollado biológicamente a un cerebro electrónicamente manufacturado?

Generalmente, éstas son preguntas que la gente no desea contemplar.

Sigo...

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Para mí, no son más que el juego mental con el que experimenté unos años después de que murió mi padre.

Si la tecnología para capturar la conciencia de su agonizante cuerpo hubiera estado disponible, yo pienso que él hubiera estado de acuerdo. Sin embargo, mi mama reaccionó con vehemencia ante la mera idea de transferir a un ser amado a algún tipo de máquina. Por demás interesante, yo hubiera hecho lo que fuera con tal de mantener contacto con ese intelecto, con ese ser que le había dado comienzo a mi vida, que me mimó, que me enseñó, y que me amó desde el momento que nací hasta que finalmente nos separamos. Su manifestación física para mí era menos importante que su presencia. Yo hubiera hecho lo que sea con tal de mantener contacto con él en la forma que fuera.

Por varias razones, nunca me atreví a hacerle esas preguntas a mi padre y siempre me preguntaré cuál hubiera sido su decisión. Supongo que mientras vaya envejeciendo ésta pregunta se seguirá presentando y hasta podría llegar a ser pertinente; si no para mí, sí para los hijos de mis hijos, o de quien sea. En algún punto en el futuro es casi seguro que nuestra tecnología será capaz de transferir las mentes humanas a mentes de silicón.

¿Qué clase de mundo sería ese, en donde nadie tuviera que morir, o siquiera sufrir ninguna enfermedad? Un mundo donde pudieramos vivir dentro de una máquina estática o red de comunicaciones, o algún androide o tipo de robot? La respuesta: Será totalmente diferente a cualquier cosa que hayamos experimentado. Quizá la vida y la sociedad tomen formas nuevas, bajo la amalgama experiencia-inteligencia. Hasta podríamos civilizarnos y cesar de masacrarnos entre nosotros...

Peter Cochrane.
Traducción: Selfruled Society.

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Jaja... No me voy a Morirrr
Nada va a cambiar, sólo por No ser androide robot
No me duele Nooo...
A veces traiciona la Razón. jeje...

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qué esa película no es la del hombre bicentenario?
ya en serio. En un documental del discovery, un astrofísico (les debo el nombre, necesito buscar entre mis dvd's) explicó que la humanidad tarde o temprano tendrá que emigrar, en búsqueda de otros mundos. Los viajes son muy largos, por lo que mostraba diferentes opciones, "arcas de noe espaciales", hibernación durante todo el viaje y -entre éstas- cerebros positrónicos. La idea le apasiona a varios científicos, lo mismo que a personas con deseo de inmortalidad, supongo que es insintivo, puesto que todos de alguna manera deseamos trascender.
En lo personal a mi me asusta la idea de vivir para siempre, no me interesa beber el elixir de la eterna juventud, para mí cada edad tiene su encanto. No quiero vivir para siempre, prefiero trascender en los míos.
Si hay un cielo, nirvana, u otras dimensiones después de esta esencia humana, pues prefiero explorarlas, desde mis creencias personales, no creo que terminemos siendo sólo alimento de gusanos, me precibo como en un ciclo de constante evolución: Cuando nacemos, en realidad morimos como fetos, para convertimos en humanos.
No sé de donde venimos, ni a donde vamos, pero definitivamente no me interesa quedarme aquí para siempre.

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Interesante comentario Pkño...

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ay vigo, no inventes...es una rola de belanova (muy buena por cierto, me encanta).
Ahora resulta que denisse es filósofa?

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Lady...

El asunto de morirse es que ahora no nos queda otra; y lo más grave, que la incertidumbre al respecto es fuente de quién sabe cuántos traumas y alucines a cual más de disparatados y dañinos.

La muerte debería y seguramente se convertirá eventualmente en una opción, reversible incluso. Como tú dices, de acuerdo a nuestra evolución y ciclos de vida actuales habrá quien aun así decida que hasta ahí llegó el caballo, aunque ello al menos en parte debe ser porque así es como nos vamos mentalizando. Pero... ¿Quién puede asegurar la dirección que tomaría nuestra evolución ante la perspectiva real de una relativa inmortalidad?

Respecto a la canción, no la conozco. Qué curioso que a alguien se le ocurriera la misma secuencia de palabras.

Saludos!

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No me parece que en verdad no quieras vivir eternamente, Lady. Tú misma dices que lo que te interesa es trascender a otros planos, lo que precisamente ilustra mi referencia a las fantasias que hemos ido esgrimiendo para enfrentar la perpectiva de dejar de ser. Transferir nuestras memorias a un cerebro artificial para mi se convertirá en la estocada mortal a tantos anhelos y temores, lo que de otro modo ninguna reflexión racional hubiera logrado nunca probablemente a nivel especie.

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Transferir una persona a un ente/cuerpo artificial es sin embargo una realidad potencial y encaminada. Ya podemos hoy día vivir con cuerpos parcialmente artificiales, y la conciencia no es otra cosa que una de tantas funciones del cerebro. No hay más. Eventualmente los que vayan quedando que aun crean en la existencia de almas, espíritus, planos y reencarnaciones, irán despertando al morir en un nuevo cuerpo artificial y descubriendo que a "ninguna parte fueron". Ahí estaremos algunos entusiasmados entonces para tomar nota de las racionalizaciones que se les vayan ocurriendo, y así, hasta que algo vaya haciendo "click", o hasta descubrir por qué es que algunos pueden y otros sencillamente no.

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Bueno Frida, no sé cuál sea tu postura, pero Lady sí quiere irse con Diosito, digo, si quiere trascender la muerte.

Los únicos que reconocen serenamente que la muerte es el final del camino y que no anhelamos conciencia alguna más allá somos los ateos. Todo lo demás son los refritos de siempre con diferente nombre.

Saludos.

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Qué tal Ario...

Lo que pasa es que nunca le has dado un vistazo seguramente a un libro de himnos y alabanzas.

Saludos.

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frida...

A mi lo que me satisface en términos de trascendencia es el ingenio y la voluntad humana para perpetuar nuestra presencia en el universo. Es para mi entonces un verdadero org(0)smo de la imaginación que algún día exploraremos otras estrellas y planetas, anhelo de verdad que la vida me alcanzara para ser testigo pero me consuelo con que mis cenizas, al menos una parte, terminen en las lunas de Júpiter y Saturno...

Saludos.

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me quedo con eso, llámenme ilusa, llámenme ingenua, me quedo con eso.

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