El día ha sido difícil. La enfermedad que me ha llevado hasta el límite es la batalla conmigo misma. A veces quiero tirar todas las píldoras por el retrete y sentarme a ver que sucede. Si, igual que en la película eléctricidad. El supuesto cáncer que padezco es psicosomático. Ese es el diágnostico final. Un trastorno de conversión que me ha llevado a convertirme en una bomba de tiempo. Ningúna pastilla puede ayudarme más que mi actitúd. Actitúd. Esa es la píldora. Capacidad para resolver conflictos internos, capacidad para afrontar estresores externos. Resiliencia. Había oído que la mente es poderosa. Ahora sé que es verdad. ¿Por qué llegué hasta este punto en mí vida? La cita con el médico me ha dejado devastada. Lloro mientras escribo... El camino se hace tan largo... Parece que nunca voy a llegar a donde no quiero llegar. Quiero ir a mí casa, pero a la vez no quiero estar allí. Quiero ir a casa de mi mamá y quedarme esta noche a dormir allí ¿Pero cómo? Tengo 35 años. Una mujer de mi edad que vive sola e independiente, no puede ir a casa de su mamá y comportarse como una niña. Mi mente es un caos. ¡Detente¡ Escucho la voz del médico en mi cabeza. ¿Cómo hago para detener lo que estoy haciéndo? Estoy al borde del precipicio. Bueno eso creo, he estado peor.
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