Esto lo escribí en una tarde de lluvia, hace cinco años...
Llueve…
Inclemencia oscurecida que despierta mi nostalgia.
Llueve… el aire huele a tristeza y a dolor… huele a soledad.
Llueve… mi corazón late fuerte preguntando: “¿Dónde estás?”
Llueve… sé que no volverás.
Llueve… hiere la falta de ti… no necesito la piel que no te tocará más.
Llueve… tu sonrisa ya no me ilumina.
Llueve… la ausencia golpea fuerte mis entrañas.
Llueve… el sonido del agua al caer me recuerda tu voz… duele… duele…
Llueve… no te puedo olvidar e intentarlo quema mi mente.
Llueve… mi alma lleva la impronta de tu mirada… para siempre.
Llueve en las calles de mi ciudad y llueve eternamente en mi corazón.
(ASLH, 2011)