EL HOMBRE EN LA BUSQUEDA DEL SENTIDO

Me costaba trabajo aceptar que haría de nuevo un viaje por el infierno. Cuando era niña leí por primera vez La Divina Comedia de Dante... Pero a diferencia de él no tenía conmigo a Virgilio, no iba por mi amada Beatriz; la misión era más difícil porque iba por mi. El enfermero me condujo por esos jardines siniestros, de nuevo por esa oscuridad, otra vez en medio de ese frio tan extraño que me resultaba tristemente familiar. "Reingreso. La paciente viene tranquila, por su propia voluntad, no creo que sea necesario amarrarla". El enfermero me miro y se retiró con una sonrisa amable. "Ven conmigo Martha, debes dormir, tu médico vendrá a verte el lunes. Por lo pronto tienes indicaciones, una dieta a seguir, medicamentos, restricción de llamadas y de visitas". Conocía a la enfermera, en otras ocasiones me había asistido en mis ingresos, era una mujer amable. Me llevo a una habitación conocida y a una cama que no me causaba miedo en lo absoluto. Había estado tantas veces allí que ya no llevaba la cuenta. La enfermera colocó en mi mano cuatro pastillas de distintos colores, las tomé deacuerdo a lo indicado por el médico y me recosté en la cama. Ella me cubrió como lo hace una mama antes de ir a dormir, apago la luz y salio en silencio. En unos cuantos minutos no supe nada de mi.

Ultima edición por Martha. el Abr 23 2016, editado 2 veces

Responder

Llamarón a la puerta, encendierón la luz y me movierón un poco, era la enfermera. "Martha son las seis de la mañana, ¿quieres ir a misa? Porque si es así, tienes que meterte a bañar chula, el agua esta ca.liente, cambiate de limpio, has tu cama y volveré diez a las siete para llevarte a la capilla. Si no quieres ir, vengo a las siete para que estes lista a las ocho". Dude un poco, me costaba trabajo levantarme, abrir los ojos, meterme a bañar, hacer mi cama, vestirme, estaba demasiado sedada. Simplemente dije si. Poco antes de las siete la enfermera me llevo a la capilla. "¡Martica¡ ¡hija mía¡" me recibio la hermana con una hermosa sonrisa y un fuerte abrazo "¡que gusto me da volver a verte¡". Sonrei, la abraze con mucho cariño y le dije gracias. En marcha entonces a escuchar la misa de siete. Durante el sermon el Padre hablo de la magna obra de Miguel Cervantes Savedra, El Caballero Hidalgo, Don Quijote de la Mancha. Dijo que Sancho Panza siempre lo cuestionaba todo y que era un tanto temeroso de su propia existencia. El padre decía que lo cuestionabamos todo ¿porque tengo esta enfermedad? ¿por qué tengo esta familia, estos hijos, este esposo, etc.? Que nuestro espíritu debía fluir y darnos cuenta por nuestros propios medios del por qué de las cosas. Recuerdo que reí un poco porque me acorde del Profe. Y de todo ese acoso por el supuesto no leído Quijote de la Mancha. El mundo dentro se relacionaba en ese momento estrechamente con el mundo fuera y eso me parecio una agradable casualidad.

Responder

A lo lejos te extrañamos, sospechamos que eso sucedìa. Lo importante es que esats aqui de nuevo.

Responder

Llalla | Mensajes: 5126 | Super Usuario

Somos parte de ese mundo Martha!

Bienvenida a este cachito de nuestro mundo!

Responder

Los amo primores

Responder

Llalla | Mensajes: 5126 | Super Usuario

Total y absolutamente bien correspondida!

Responder

...casualmente todavia no lo lee...

Responder

Muchas gracias Guerrita un abrazo gordo también para ti

Responder

Cuando salí de la capilla me dirigí al jardín y me senté en una de las mecedoras balanceandome suavemente, me gustaba mucho estar allí, yo les decía los columpios. Las pacientes comenzaban a salir de sus habitaciones directo al jardín. Cuando contemple el escenario tomé una decisión: no le hablaría absolutamente a nadie durante mi estancia, no me relacionaría con ninguna de ellas, no queria escuchar tragedías y suicidios torpidos. Pasado un momento nos llamarón para desayunar, tenía a tres compañeras en la mesa, a las cuales no les dirigí la palabra durante el desayuno. Hablaban entre ellas y se preguntaban cosas de su mismo tratamiento, yo me hacía como que ni las escuchaba, ni siquiera las miraba a los ojos. La enfermera colocó dos pastillas en mi mano, las tomé y salí del comedor sin despedirme de nadie. Necesitaba una nueva estrategia, no sabía cúanto tiempo iba a durar allí y no podía quedarme con los brazos cruzados: debía hacer algo de ejercisio, leer, ver un poco de televisión, participar en todas las actividades para que el tiempo no pasara por mí sin dejar algo. La última vez había estado dos meses y me falto hacer muchas cosas, no iba a desperdiciarlo esta vez. "¡Martha¡ ¡ven acá por favor¡" me gritó la enfermera desde la central. "Tenemos una sobrepoblación en el hospital, los cuartos estan repletos, así que te será asignada una habitación en el área de los hombres". ¿qué? Pensé dentro de mí. Resulta que ahora no sólo iba a tratar con ellas sino con ellos también e iba a dormir allá, entre los hombres, eso si que estaba de shock

Responder

Responder

Responder

Donde me ingresan estan separados por s.e.x.o pero esta vez había una sobrepoblación en la estancia de mujeres y no tenían una sola habitación disponible, así que en vista de esto, decidierón mandarme a la estancia de hombres donde si había varias disponibles. Eso de las orgías, el personal de la clínica no lo debería permitir. Acá nos tienen demasiado controlados con eso. Creo que las orgías son entre médicos y enfermeras en lo que estamos dormidos

Responder

Responder

...no se si fue real o estaba medio dormido un dia que estuve encamado...senti que me succionaban el prepucio...saabe.

Responder

Eso quiere decir que también estuviste internado en un Hospital Psiquiatrico?

Responder