Continuamos. Estaba todavia muy adolorida por el tratamiento del cancer, tanto que me costaba un poco de trabajo seguir con mi vida habitual, era demasiado hiperactiva y el dolor no me dejaba hacer mucho, estaba sensible. Aun asi el dia habia sido estupendo, me sentia feliz y con tremendos animos de seguir adelante, pese a todas las dificultades. Tenia que resolver algunos pendientes, como visitar al psquiatra por ejemplo, estaba toda llena de moretones, el medicamento actual me hacia chocar contra las cosas o caerme, levantarme en la madrugada por un vaso de agua o al w.c. Me costaban tremendos golpes, lo que indicaba que el mismo, debia ser ajustado. Por la noche pase a dar una vuelta virtual y me encontre con Mudochi, que alegria me habia dado leerle, eso indicaba que estaba bien y que seguia luchando, como todo buen vencedor. Mudochi tenia una fijacion extraña hacia el infanticidio, el feminismo, el aborto, el homicidio, etre otros. Los temas eran en verdad de mucha reflexion, siempre los leia pero me abstenia de participar, porque me impactaban de tal manera que me dejaban sin palabras, algo no muy usual en mi. Mi imaginacion se echaba a volar, y pensaba si acaso Mudochi habia vivido de cerca un caso semejante, que de tal manera lo hubiera dejado marcado para el resto de sus dias. Imaginaba a alguna novia que habia abortado un bebe de el, una mujer que habia matado a un ser querido muy cercano, si que sus casos me movian el cerebro. De igual manera yo intuia que no era precisamente del agrado de Mudochi, pero pese a ello, me gustaba saludarle y saber que estuviera bien. No tenia nada en contra de el, al contrario me parecia agradable. Un defensor de la vida. Por otra parte estaba Novato y World, un parecito de fanaticos religiosos que parecian sacados del Opus Dei pero en nivel propedeutico , como les faltaba aprender a los pobres, aun asi me caian bien, eran mis hermanos en Cristo, mis hermanos en la fe, y como buena cristiana e *** Dios, queria al par de raritos . Me gustaba participar en sus temas religiosos, porque era una especie de retroalimentacion y como bien se dice, toda lectura inspirada en Dios es provechosa. Sabia que no era un modelo a seguir, era tan burlona, tan rebelde, tan sarcastica, en fin, mejor no le seguia. Aun asi, Juan me habia saludado, y no solo eso me habia dado la bienvenida. Dio s mio, despues de todo lo que le hice, era digno de mi respeto. Todavia recordaba cuando le puse Juan Piojos, como se burlo Demian digo Self, como se burlaron todos y asi pudo perdonarme . Lo que es peor me habia burlado diciendo que Juan degustaba milanesas de tiburon y estrellas de mar capeadas, por aquello de Juan Mentiras . Apodo que porsupuesto no le habia puesto yo sino Valentin, para variar. Juan radicaba en un paraiso terrenal, en Merida, tierra de cultura, mistica y majestuosa. Mi imaginacion volaba y lo imaginaba moreno, delgado, con camisetas polo sport, bermudas de marca y zapatos casuales. Lo imaginaba de lentes oscuros y con mas de dos celulares o localizadores ajustados a su cintura o en el interior de los bolsillos. Bueno a veces hasta pensaba que sus negocios no eran de todo legales sino ilicitos y que trabajaba para un cartel. Eso de la imaginacion si que se me daba, pensaba que era parte de mi enfermedad, pero no, el Doctor decia que era demasiado inteligente, que mi mente creaba a mil por hora, que solo tenia que controlarlo. En fin, entre Juan y yo, el mar se habia puesto en calma y eso me ponia rotundamente feliz . Por otra parte de las partes, Castillo del Rhin, habia desaparecido de la superficie virtual, que bien me caia ese Castillo, tan sincero el muchacho, tan directo y tosco para decir las cosas, solo el anima de sayula sabia que habia pasado con el. Debo confesar que siempre crei que no existia, sino que era la peluca peluquina de alguien de por aqui, y como toda peluca se la quitaban y ponian cuando les daba la gana, igual que las pitsi o algo asi. Lo mismo pensaba de Vampiro, de ese ser enigmatico de pocas palabras, para mi el tampoco existia, sino que venia a formar parte de una personalidad de otro usuario, y al igual que Castillo, se ponian el traje cuando querian. Quiza mi imaginacion era mounstrosa, pero pues que podia yo hacer, era mi imaginacio y ella volaba, pintaba y pintaba sin cesar, sobre lienzos en blanco. Continuara...
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