_ Hice cosas terribles. Hice muchas que son imperdonables. Lastimé a muchas personas. Demasiadas. Hice cosas más que incoherentes en nombre del amor.
En nombre de un sentimiento que no conocía. Ni siquiera hacia mi persona.
No quiero culpar más a nadie de todo lo que me pasó. Diré que me faltó orientación, me faltó disciplina, constancia, autoestima, información, experiencia, coraje, entre muchas, muchas, más.
No sabía que padecía TLP pero siempre supe que era diferente. Algo no andaba bien conmigo, lo sabía. Hasta que un día se presentó, y se reveló de una forma muy destructiva.
Ha sido un camino sinuoso pero a la vez ha sido uno de transformación, experiencia, dolor, testimonio. Pido perdón por lo que hice, me atasque e hice mucho daño tratando de salir de donde estaba.
Pido perdón, y me perdono también.
Ahora todo eso pasó, solo quedan ruinas. Después de todo el caos, trato de rehacer mi vida. Trato de plasmar el presente, el eterno presente. Es todo lo que tengo. Más unas ganas inmensas de ser feliz, plena, sana, fuerte e invencible.
Después del largo camino andado trato de evadir a toda costa el prejuicio que es finalmente lo que nos tiene llenos de estigmas, el mal de todos los tiempos. Somos mucho más que un frasco, somos el contenido. Todo más allá de la apariencia, mucho más que una etiqueta.
Ahora trato de llevar mi testimonio a otros, vivo una vida completamente normal. No niego que hay días, noches, tardes, que esa oscuridad vuelve con unas tremendas ganas de acabar conmigo pero me esfuerzo al recordar que soy yo misma tratando una vez más el sabotaje.
Ya no hablo con mi yo del pasado, ni con el del futuro. Solo conmigo misma, en el eterno presente. En el aquí y en el ahora. Es todo lo que existe, todo lo que tengo.
Me dí cuenta que no hay gente perfecta, ni lugares, ni cosas. Solo momentos perfectos y me encuentro bien, disfrutando del día y sus imperfecciones. Eso es perfecto, disfrutar y vivir. Es ahí donde radica la perfección.
🖊️
Responder
|