Giordano rebota lastimosamente entre sofismas, patinadas y falacias porque le hizo falta comprensión de la lectura y padres que le inculcaran honestidad y/o valor civil. Entre leer los libros por pedazos cuando se los prestaban y un ego empantanado en complejos y delirios de grandeza, el pobre hombre es nuestra piñata quijotesca desde hace varios años sin señal alguna de mejora o desaliento. Al revés, cada día se queda más arriba...
Ja, ja, ja, ja,
Eres tan cómico que he de confesar que siempre me divierto contigo. Eres mi bufón.