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El mundo no esta aquí adentro, la vida está allá afuera. No puedes cambiar al mundo, no tienes control sobre lo que digan, sientan o hagan las personas que estan a tú alrededor. Pero si tienes control sobre ti misma, sobre lo que digas, sientas, o hagas. Tus actos o la forma en como veas la vida, eso, si es problema tuyo. Escuché al doctor con atención, mientras miraba por la ventana. Hacía frío, y la lluvia caía sobre el jardín. Estar allí tenía sus ventajas, pero como todo en la vida, también tenía un sin número de contras. Me pesaba la vida. El tiempo pasaba lento allá afuera, allí el reloj parecía tener cuerda. Ingresar por mí propia voluntad, era una de las decisiones más difíciles que había tomado en mi vida. Entrar por mi propio pie, solicitando ayuda, no había sido fácil, pero sí necesario. Después de eso, nada es igual, mi vida no volvió a ser la misma, jámas. Enfrentar la crítica, las murmuraciones, las burlas, el escándalo, la conmoción de una sociedad que parece asustarse de todo, pero que no se priva de nada. Después de todo, era yo la que había colocado grandes fronteras en mi mente, la que había hecho una pequeña aldea, en la que yo creía que toda la gente era féliz...
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