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Al grado de que purgan a los puercos, creyendo que quizá se la tragarón. Los días pasan sin resultados. Un día mientras ella limpia el corral, arroja una cubeta de agua, y la perla se descubre de la tierra, contenta va con su esposo y le dice que la devuelvan, que el pueblo sabrá perdonarlos. Él le dice que no, que confie en él, que va a hacer algo mucho mejor... Sin que nadie se dé cuenta, va donde la vírgen y la pone en su lugar. Horas más tarde va uno de los lugareños y ve la perla intacta, incrustada en la vírgen, a lo que grita ¡milagro¡ ¡milagro¡ ¡esto es un milagro¡ Corre al campanario y manda llamar a todo el pueblo. Todos se reunen en el templo, incluso la pareja. Poco a poco todos se empiezan a postrar ante la vírgen por el milagro acontecido, mientras cantan alabanzas. El cura del pueblo, interpretado estupendamente por él señor Jorge Matínez de Hoyos, les dice ¡basta¡ Esto no es un milagro, se deben hacer investigaciones, alguien pusó la perla de nuevo allí. Dice molesto mientras mira al papá del niño y a su mujer. El pueblo se enardece y comienzan a criticar al padre a viva voz... Al ver la reacción de toda esa jauria, no le queda más remedio que postrarse también ante ese milagro que por su rostro, no lo cree, pero no le queda otra, el pueblo lo cree y punto. En esta película se entrelazan otras historias, con un mensaje similar. En lo personal, me gusto, la recomiendo. No cabe duda que vivimos en un país lleno de magia, milagros y superticiones. Tanto, que caemos en el fanatismo, si el padre se hubierá negado a aceptar el hecho, estoy segura que lo hayan linchado entre todos. Así que coperas o cuello. Espero les haya gustado mi reseña. Saludos a todos...
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