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Nunca he dicho que esto es fácil. A decir verdad, es lo más difícil que me ha pasado en mí vida hasta ahora. Terminé quedándome sola, y aún cuando un hombre no puede vivir solo, tiene que adaptarse a ello. Claro que no soy perfecta, claro que no soy normal y por supuesto que soy rara, de hecho esto último ni siquiera me importa. Pero a pesar de todo, me gusta esa forma en la que puedo desenvolverme, mejor que un chocolate de los más finos. Porque es decir... Nada me asusta, no soy esa tipica mujer inofensiva, no soy esa patética mujer que clasifica. Cuando se vive tan cerca con el dolor como yo lo he hecho, mi mente, mi corazón y mí espíritu se abren a todas las personas... Puedo con facilidad hablar con un indigente, él y yo no tenemos nada diferente, ambos somos humanos, ambos tenemos mucho en común, la vida misma. Mi familia puede decir lo que quiera de mí, no tengo control sobre eso. Y... Aunque me duele mucho estar separados porque no quieren convivir con una "loquita" les deseo lo mejor, a pesar de todo es mi familia. Les agradezco en el alma todo, absolutamente todo lo que han hecho por mí, que Dios se los multiplique... Dentro de mi sabía que un día pasaría esto. Nadie quiere escuchar la verdad, a nadie le gusta que le digan "esto o aquelló lo haces mál" y lo que es peor que te lo diga una trastornada, eso sí que es un golpe bajo de la vida. Yo veo el mundo con otros ojos, mi perspectiva no es la misma. Sé que no soy perfecta, no soy la mejor, he cometido muchos errores, tantos que perdí la cuenta. Es natural que esten enojados porque dentro de esos incalculables errores, salierón muchas veces perjudicados y no solo ellos, otras personas. No pretendo justificarme... Sólo sé que estaba confundida, perturbada, no sabía en lo absoluto que hacer con mí propia vida... Tan sólo sobrevivía, eso Dios lo sabe, subsistía, sobrevivía, me aferraba a la vida de una manera desquisiada. Es tarde para pedir perdón, incluso a mí misma. A veces no tengo ni valor para mirarme a la cara. Me cuesta trabajo mirarme al espejo y ver una a una, todas mis miserias humanas. He sido una victima de mi propia maldad, nadie en este mundo me ha lastimado como yo, nadie. Ahora... Lo único que me queda es seguir adelante, sostenerme y vivir, confiando en mí propia intuición. Escuchando a mí corazón, creó que nunca lo he hecho... Lo he escuchado todo, he escuchado a todos, menos a mí propio corazón, menos a mí propia experiencia. A pesar de mís años que no son pocos, tengo el deseo de vivir y seguir en este mundo que ha sido creado por un Arquitecto perfecto y maravilloso.
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