Creo en Dios como sé que todos los dias sale el sol. El día fue bastante extraño, exhausto, complicado, diría tóxico. Me dí cuenta que la felicidad de algunos es la desdicha de otros y visceversa. Pero ningúna de las dos son buenas. Ambas son erronéas. Una vez escuche decir, que nos complicabamos la vida, por la simple razón de que no nos gustaba vivir bien, y que ese era el mótivo principal de nuestros infiernos individuales. No me siento bien, he estado múy nerviosa, me enfermé de las vías respiratorias y tengo un sangrado que no sesa. Me siento nuevamente en un cuarto oscuro, en el que no encuentro la salida. Toque fondo de nuevo. Mi decisión: no volveré al manicomio, no iré al hospital por éste sangrado, no acudiré al médico por lo de las vías respiratorias. Basta ya, quiero vivir bien, quiero ser feliz, el tiempo que sea, mucho o poco, pero quiero ser feliz. Iré por mí a donde quiera que sea y me traeré de vuelta. Solo le pidó a Dios que se apiade de mí, y me otorgue su infinita misericordia. Lo mejor será ponerme mi abrigo y salír a caminar a la calle, como en los viejos tiempos, donde las madrugadas caminando por la calle en pijama eran mi compañía...
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