En una ocasión de tantas en la que la mama Teresa de Calcuta andaba reuniendo ayuda para sus enfermos se encontró con un hombre demasiado arrogante, ateo, egoista y bruto, el cual al oir la petición de la mama le respondió con un escupitajo a la cara, mientras que la mama inmediatamnete repuso: "esto es para mi, ahora deme algo para mis enfermos...", con lo que desarmó al individuo y le ablandó el corazón, consiguiendo un donativo de parte de él.
Responder
|