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Trastorno lingüístico de la comunicación que se caracteriza por innumerables interrupciones y pautas temporales del lenguaje.
Una visión general acerca del origen de la tartamudez subraya el carácter multifactorial de ésta con intervención de una disposición hereditaria a veces una leve lesión cerebral de la infancia, o bien reacciones desfavorables del medio exterior.
La tartamudez se presenta en dos modalidades distintas, que pueden aparecer juntas en un mismo sujeto, pero que generalmente, lo hacen de forma aislada.
En la primera, al pronunciar una palabra se produce espamodización de todos o algunos de los músculos que intervienen en la articulación de los sonidos, con lo que la pronunciación queda interrumpida en algunas de las sílabas durante un tiempo mayor o menor. Puede afectar a los músculos faciales expresivos, especialmente a los elevadores del ala de la nariz y del labio superior.
En la segunda modalidad, al iniciarse la pronunciación de una sílaba se da una espamodización clónica de los músculos articuladores, quedando interrumpida la palabra por la repetición continuada de un mismo grupo silábico, igualmente puede alcanzar a los músculos de la nariz y del mentón y en los casos más graves a los de la frente. Es posible encontrarse con dificultades en la articulación de una sílaba, pero si este hecho coincide con un estado de angustia y la personalidad no está lo suficientemente madurada para vencerlo, el sujeto puede caer en la tartamudez.
Con técnicas logopédicas adecuadas se puede corregir la tartamudez hasta su total desaparición.
Pero el éxito depende de que el terapeuta acierte a comprender que lo fundamental no es corregir la tartamudez, sino mejorar la personalidad sobre la que se asienta.
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