|
Sabes? Ahora que no estás aquí, y a pesar de que ha pasado ya tiempo, recuerdo con nostalgia todos esos momentos que pasamos juntos. No solamente por el s*xo, que era fabuloso, sino por todas esas cosas que lo rodeaban.
Recuerdas que a partir de que establecíamos una fecha para estar, a partir de entonces, con mensajes de celular nos lo imaginábamos e íbamos añadiendo situaciones que nos gustaría hacer? Y que decir de lo explícito que escribíamos, pues nadie sino nosotros nos enteraríamos, era algo que podíamos hacer mientras trabajábamos, sin que alguien nos escuchara, ni distrajera nuestra atención, pues si éramos interrumpidos, podíamos releer lo escrito para retomar el concepto antes de mandarlo con el mensaje final, donde venían plasmadas todas nuestros gustos, nuestras ideas, las ganas que nos teníamos, lo que despertábamos el uno en el otro y que en cada respuesta nos íbamos describiendo mas a detalle todas esas cosas que pretendíamos llevar a cabo cuando, finalmente, estuviéramos a solas, sin que nadie nos molestara, con todo el tiempo para nosotros, para amarnos despacio, como dice la canción: “con besos, lentos, profundos y suaves”, para entregarnos en cuerpo y alma a la pasión que se iba desbordando de a poco con cada mensaje, pues nos escribíamos muchos, uno tras otro, mas candentes cada vez, mas llenos de lujuria, de ardiente deseo por tenernos.
Hubo una cadena memorable de mensajes, la ocasión que nos fuimos de vacaciones a la playa, pues te fuiste primero tu en la mañana y yo te alcancé por la tarde-noche. Mientras viajaba en el autobús, nos íbamos casi contando los minutos que faltaban para mi llegada, pero sobretodo, desarrollando nuestro instinto para cuando nos viéramos…
- Ya voy en el autobús amor, estás lista para recibirme?
- Completamente lista, todo está perfecto por acá, solo haces falta tu.
- Excelente. Y como me vas a recibir?
- Con los brazos abiertos, mi vida.
- Solo con los brazos?
- No, primero te voy a abrir la puerta, jeje.
- Bien sabes a lo que me refiero, pero sabes que me encanta que te hagas la difícil.
- Lo sé, por eso lo hago. Y no te preocupes, te voy a recibir con lo que me pidas.
- Con lo que te pida? Segura?
- Este… bueno, con casi todo…
- Jeje. No le saques, o te estás haciendo la difícil?
- Puede ser. Todo está por suceder.
- Ni me hagas ilusionar porque luego si no, me voy a sentir mal.
- No te preocupes, créeme que serás muy bien recibido.
- Y ni idea tienes de cuanto deseo llegar para que me recibas dentro… de la habitación.
- Pues, te voy a recibir tan dentro como quieras… conocer la habitación y ver todo lo que hay.
- Amor, sabes que me encantas y que te deseo con todas mis fuerzas?
- Si mi vida, también te deseo igual y ya quiero tenerte muy dentro de mi.
- Huy! Ni me digas eso, que una parte de mi ya te quiere saludar.
- Ah si? Que parte? Tu mano?
- Jajajajajaja. No precisamente, mas bien otra parte, que quiere la saludes de beso.
- Seguramente tu mejilla, no amor?
- Jejejejeje. No, es una parte que solo recibe besos si vienen de ti. Y no solamente besos…
- Bueno, si quiere que la salude, la saludaré, te lo aseguro.
- Y no solamente eso, sino que quiere alojamiento.
- Pues la alojaremos en la habitación, entonces.
- Jeje. Creo que quiere algo más acogedor.
- En serio? Y donde se quiere alojar entonces?
- En un lugar de tu cuerpo, donde no se recibe la luz del sol, donde hay un ambiente cálido y húmedo a la vez, el único lugar donde se siente verdaderamente acogido y atrapado a la vez. Acogido por lo bien que se siente y atrapado porque aunque quisiera escapar, le encanta la forma en que lo aprietan los músculos de tus piernas y vientre. Un lugar sublime en donde se conoce el verdadero placer de la vida y donde la vida misma comienza a gestarse, y es tanto el placer de estar ahí, que uno tarda 9 meses en salir y toda la vida en querer entrar de nuevo, esperando no salir jamás, o por lo menos regresar cada vez que se puede, tal como ahorita estoy deseando llegar para poder juntar nuestros cuerpos, acogernos el uno al otro, darnos nuestro calor, esparcirnos el deseo que nos despertamos y que nos hace jugar a ser dos extraños que se conocen en un bar y terminan en la cama, a ser el maestro y la alumna, la mama del amigo y el adolescente, el jefe y su secretaria, el que busca empleo y la entrevistadora, el enfermo y la doctora; y lo mejor, a ser tu y yo, ya no para tener s*xo, sino para hacernos el amor de la manera mas desenfrenada o pausada que nos nazca, a ser nosotros, los mejores aman.te del mundo; a ser uno solo, una sola carne, por la fusión de la tuya y la mía, del ensamble perfecto entre tu cuerpo y el mío, para darnos placer, para satisfacernos, para llenarnos de nuestros efluvios corporales que al salir nos hacen decir todas esas palabras que ni uno ni otro diríamos en otra situación, nos hacen sudar, nos hacen jadear, nos hacen gemir y por que no? Nos hacen gritar de gozo, de un disfrute casi espiritual, pues se siente como si la vida se escapara en ese preciso instante…
Y así con nuestras fuerzas agotadas, con nuestro aliento casi perdido, simplemente susurrarte al oído un “te amo”.
- Amor… el lugar que deseas… ya está cálido y húmedo… llega ya por favor…
Vaya recepción!!!!!!!!!!!!
Responder
|
