Hay personas que en circunstancias puntuales hacen que nosotros mismos nos "robemos" la energía.
Recuerdo un tiempo en que hacía de "sanador" y fuí a visitar a una señora conocida de unos familiares míos que me dijeron que estaba muy enferma.
Como era domingo y yo me levanté muy optimista y lleno de vitalidad y energía, decidí ir a verla.
Se trataba de una doctora en medicina que padecía cáncer de hígado y rehusaba ser atendida y tratada por ningún médico o compañero de profesión. A petición suya, le hice una sesión "psíquica" de las que solía hacer en aquel momento y que requería gran concentración.
Al terminar, había cambiado completamente su cara, como si se hubiera rejuvenido. Le pregunté como se encontraba, y dijo: ¡mejor que nunca!.
Me despedí y me fuí directamente a casa. Suerte que iba en coche y no tenía que regresar andando, porque me quedé completamente sin "pilas", y consecuentemente, sin energía. Y así tuve que pasar todo el día.
En mi caso la energía física, estar cerca y platicando con esa persona por unos 30 minutos me hacia sentir muy cansada y con mucho sueño.
Pienso que hay varias maneras de "robar la energía" (si se puede llamar así), y quizás todas vayan relacionadas con el psiquismo.
Esas pueden ir de personas que nos "rompen" los esquemas mentales, hablando siempre en el mismo tono, sin marcar puntos ni comas, hasta los sanadores psíquicos que se involucran tanto en el problema, que cuando ven que no hay solución por ningún lado, unos se sienten impotentes y la pena les embarga (esté es mi caso), otros actúa en ellos la autosugestión involuntaria, y el resultado es el mismo para ambos: el desgaste o pérdida de energía.