Era de noche,
hacía frío,
tus caderas bajo mis manos;
me cobijaba con tu piel.
La noche en tus ojos,
el destino a tus pies.
No imaginé decirte adiós,
De pronto todo se fue.
Sólo una sombra hay en mi andar,
en mi cama quedó un lugar,
a mi espalda le hace falta piel,
y en mis noches no hay voz.
Dejaste de reflejarte en mis ojos,
ya no hay nombre en mi "te amo".
Mis besos se desmoronaron
como tu voz en mi recuerdo.
El lugar que dejaste,
sin aroma en mi pecho,
lágrimas inconclusas,
y un imprudente desprecio.
Pedro Carbagod
(DreamOn)
Responder
|