Lamentablemente hay varios Sacerdotes que no obedecen a su Obispo, y hay algunos Obispos que no obedecen al Papa, lo que representa muchos sismas virtuales; desobedecer abiertamente a los superiores amerita automáticamente excomunión, y como corilario, Cisma; aunque se requiere también que esa desobediencia se haga intencionalmente, y la mayoría de los que desobedecen no lo hacen intencionalmente, lo hacen por falta de dirección espiritual y/o por falta de delicadeza en sus criterios y en sus deciciones al no tener bien fundamentada su conciencia moral ni el temor de Dios. Por otro lado tanto el Papa como los Obispos tratan de no darse cuenta de esas desobediencias, entre otras razones porque es muy difícil conseguir vocaciones y, si se ponen estrictos, La Iglesia se quedaría con pocos Sacerdotes y/u Obispos, cuando sabemos que es más necesario que núnca contar con muchas vocaciones en el Órden Sacerdotal.
Así mismo un corolario de la desobediencia de dichos Ministros de La Iglesia es que haya igualmente muchos agentes de pastoral que también desobedecen al Párroco; la obediencia genera obediencia, y la desobediencia genera desobediencia.
Además de la falta de dirección espiritual y de la formación integral de la conciencia motal de dichos Ministros hay una razón quizá más importante que esas dos: tú y yo, en vez de rezar por nuestros Ministros los criticamos, los insultamos, los ignoramos, los atacamos y los despreciamos; tú y yo tenemos la culpa de que nuestros Presbiteros no sean santos, porque tenemos la obligación de rezar mucho por ellos y de obedecerlos, de respetarlos, de defenderlos, de apreciarlos y de valorarlos.
¡Necesitamos rezar muchísimo!!!!!!
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