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¿Cómo piensan los hombres “X”?
Para efectos de este tema "X" es un individuo racionalista, positivista, materialista, ateo, comunista, pragmático, utilitario, masón, iluminati o de cualquier corriente parecida o equivalente.
"Hola soy el señor "X", yo soy el centro del Universo, y por lo tanto todo debe girar alrededor mío, es decir, soy la persona más importante de la Historia y del Universo, y por ello todo debe ser aprobado por mi inteligencia, aunque esa inteligencia esté bastante limitada, subjetiva y relativa; por lo tanto, si yo no entiendo algo, eso no existe, yo debo entender todo para que pueda existir; y como yo no entiendo a Dios, Él no existe..."
1. Es ilógico, ridículo, absurdo y pueril creer o pensar que Dios -el único ser Infinito e Inmenso de la Historia y del Universo- puede ser entendido y/o comprendido debido a que nuestra inteligencia es limitada, relativa y subjetiva. Las cosas más importantes de nuestra existencia las podemos conocer –aunque no las entendamos-, simplemente poniendo en práctica la Fe y el Amor, virtudes que son superestructuras de nuestra infraestructura, es decir, de nuestra inteligencia. Nuestra vida tiene una infraestructura que es la razón, y tiene tres superestructuras que son la Fe, la Esperanza y el Amor, las cuales nos permiten trascender y ser superiores a los demás seres materiales con los que convivimos.
Nos dice San Pablo en la primera Carta a los corintios, capítulo 3, versículos 18, 19 y 20: “¡Nadie se engañe! Si alguno entre vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio, para llegar a ser sabio; pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios. En efecto, dice la Escritura: El que prende a los sabios en su propia astucia. Y también: El Señor conoce cuán vanos son los pensamientos de los sabios.”
2. La Fe es inmensamente más grande, perfecta, importante y TRASCENDENTE que la inteligencia, y nos permite tener una sabiduría igualmente superior que la razón. El Amor (Caridad) es inmensamente más grande, perfecto, importante y TRASCENDENTE que cualquier sabiduría, incluida la Fe.
Nos dice San Pablo en la primera Carta a los corintios, capítulo 13: 1. Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.
2. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.
3. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
4. La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;
5. es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;
6. no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
7. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.
8. La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia.
9. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.
10. Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.
11. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.
12. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.
13. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.
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