Texcoco de los abortos al abandono infantil
MTI/ Texcoco Mass Media/Samantha Venegas
Publicada: Noviembre 27, 2011
Texcoco, México.- (Texcoco Mass Media).- Chicas de escasos 16 y 17 años, en su mayoría provenientes de familias pobres, que viven arrinconadas en cuartos redondos en las colonias de la periferia de Texcoco, han tenido cuando menos un embarazo interrumpido, o lo que es lo mismo, un aborto.
Desde un puente que cruza la carretera de Los Reyes – Lechería – Los Reyes, se observa la población de San Miguel Tocuila al frente, su población ha crecido de manera acelerada en los últimos 20 años. Llegamos a Tocuila en 1989, vivimos en un cuarto con piso de tierra y laminas de cartón la hacían de paredes, describe Lila, originaria de Guanajuato, actualmente mama de tres hijas, dos de ellas madres solteras, la otra con severos trastornos psíquicos debido a la práctica de dos abortos, es la menor, ya vive con sus abuelos en Guanajuato, no ha podido quedar bien después de lo que le paso: Se embarazo una vez, se fue el novio y decidió abortar con un doctor que le recomendó una tipa que se dedica a la prosti*ón. La segunda vez, un policía la embarazó, cambiaron al muchacho ese, no volvió a saber de él, por lo que decidió también abortar. Tiene 17 años, va a cumplir 18, pero parece de 25, se avejentó y no salía ya de la casa, por eso le pedí a mis padres se la llevaran al rancho.
En la ciudad de Texcoco, en entrevista con una religiosa, quien solicitó no revelar su identidad, asegura que hace ya más de veinte años, en varios orfanatos llegaban niños provenientes de chicas de familias “acomodadas” quienes no abortaron, pero abandonaron a los infantes por la vergüenza que hubiera provocado ser mama soltera. En esos años los casos eran especialmente tratados por la jerarquía de la iglesia, debido a que varios orfelinatos eran y son atendidos por hermanas de diversas ordenes religiosas. Las señoras dejaban a los niños y una cantidad importante de dinero para dar la manutención al inocente, lo cual era aceptado. Hasta la fecha no he sabido que alguna de esas mujeres haya retornado a ver siquiera, de lejos, al expósito.
Estos dos casos son ilustrativos de lo que ocurre en medio de esas mujeres que también tienen un rostro bajo una máscara. Para Lila, el aborto es ahora una práctica común en las chicas. Recuerda que conoció hace mucho a un médico que en su clínica practicaba abortos, cuando los chicos no tenían con que pagar, se quedaba con sus anillos de graduación, cadenas o pulseras o algún objeto que pudiera ser de valor, después los vendía con un joyero, recogió mucho más de lo que podía costar entonces un trabajo así.
No hay datos fidedignos del número de abortos que se practican en el municipio o región. No tenemos registro, sería muy complicado meternos en ello, sería tanto como cuidar a cada mujer que llega a una clínica o consultorio. Lo grave son los abortos que practican comadronas, incluso le puedo decir que ha habido decesos pero se han arreglado de alguna manera con certificados de médicos poco éticos y que saben cobrar por ello. Generalmente las comadronas son asesoras por médicos, ellas saben así que dar de tomar a la mujer que quiere interrumpir el embarazo para provocar la intervención, así lo convierten en lo que conocemos como aborto necesario. Afirmó un empleado de la SSA.
En el caso de los orfelinatos, un sacerdote dice que lo platicado por la religiosa es una historia sin sustento; sin embargo, admite que en otra diócesis de un estado del centro del país, conoció un caso donde una mama soltera pretendió dejar aun pequeño que había nacido con un accidente cerebral, pero no fue aceptado.
Sergio, es un joven que llegó a un orfanato a la edad de 3 años, fue arropado por las religiosas, terminó una carrera y ahora ha fundado ya su familia. Desde el anonimato afirma que la vida dentro es dura, pero te lleva a una disciplina, desgraciadamente no todos somos profesionistas, pero si te aseguro que en un muy alto porcentaje somos personas de bien.
Hortensia, llegó a la edad de 3 años también, asegura que durante mucho tiempo lloró porque las monjas eran duras, muy duras. No recuerdo como llegué, tenía tres años, pero si recuerdo que como a los cinco ya tenía que hacer muchos deberes. Uno de ellos era hacer mi litera, barrer una o dos veces a la semana el cuarto y aprender asear la ropa. Es una vida difícil, pero al tiempo lo agradeces porque aprendí muchas cosas, fui a la escuela y ahora con mi profesión me ayudo.
Ambos aseguran que saben quien es su mama, y Sergio dice estar seguro de quien es el padre también. No me interesa buscarlos, estoy seguro por el parecido físico, y porque mis hermanos son casi idénticos. ¿Por qué crees que te hayan llevado al orfanato? No lo se, y sinceramente ya no quiero averiguar, ni siquiera hablar de eso.
Berenice Fernández, anota en su Crónica de los hijos malditos, “los abortos practicados en mujeres menores de edad, dejan una huella profunda en su vida, la mayoría tiene serios trastornos de personalidad y conducta, saben que cometieron un acto indebido. Sin llegar al feminismo, las mujeres como cualquier ser humano pueden hacer con su cuerpo lo que deseen, pero no con la vida de otro, que al fin de cuentas ellas consintieron correr el riesgo de engendrar”.
En Texcoco se dan los abortos necesarios o se hacen necesarios. Este es un tema que poco a poco inundará la preocupación de las autoridades y es también un signo inequívoco de la violencia intrafamiliar que padecemos en la región de Texcoco – Teotihuacan.
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