Una de las fantasías s*xual más comunes, tanto en hombres como en mujeres, es la de sentirse dominado, junto a la de sentirse amo de la pareja. ¿Te ves haciendo el amor con esposas?
Es uno de los accesorios más básicos, y por ello existe una gran cantidad de modelos, desde las más baratas que emulan las esposas metálicas de policía, que incluso podemos encontrar forradas o con plumas en colores nada discretos como el amarillo o el rosa y con diseños tan locos como leopardo o león; hasta las más caras que suelen adquirir los apasionados del bondage y rondan los 900 pesos e incluso más.
Curiosamente cuando hablamos de esposas para juegos eróticos, la mayoría asocia las esposas para atar a la cama, pero paradójicamente hoy en día no todos cuentan con una cabecera en su cama, así que tenemos un pequeño problema…
Nuevamente los fabricantes de productos nos toman la delantera, y es por esto que existen todo tipo de kit para inmovilizar, desde el ya mencionado para atar a la puerta, a otros sistemas de correas que se pasan por debajo del somier de la cama, otros que se fijan con ventosas y algunos que no requieren sujeción de ningún tipo, simplemente te inmovilizan en una determinada postura.
En cuanto a los grilletes, el equivalente de las esposas para los pies, pues se suele emplear menos, pero también es que realmente con las mismas esposas podríamos sujetar los tobillos, así que es tontería andar diseñando uno específico… lo más habitual es verlos dentro de los kit para bondage o para inmovilizar.
Por tanto, si quieres unos grilletes o unas esposas para jugar con tu pareja, te aconsejo que antes eches un vistazo, busques y compares, porque hay una gama muy amplia de artículos, y no todas son metálicas, existen también esposas hechas con cuerdas, con cuero, con perlas, en satén, etc.
¿Pero y una vez que las tienes? Quizás no se te ocurren muchas cosas para hacer con ellas, pero si que dan mucho juego:
Cómo utilizarlas
La idea principal es no hacerse daño, por lo que es importante que antes de empezar a jugar, la pareja se ponga estrictamente de acuerdo en lo que se puede y no se puede hacer, para que ambos estén seguros y confiados de que nada de lo que vaya a pasar será peligroso.
Por ejemplo, es muy buena idea combinar unas esposas con un antifaz, por el morbo de tener a una persona sumisa, a tu merced para hacerle lo que quieras sin que pueda defenderse.
También es muy excitante para la persona inmovilizada, sobre todo en el caso de tener los ojos tapados, porque no sabes lo que te van a hacer, tus sentidos se agudizan y te vuelves más sensible a los estímulos, las referencias cambian y las caricias adquieren una sensación nueva inesperada. Las sensaciones son más perceptibles al tacto, así tendrás que expresar tu excitación y prestar atención a las reacciones de la pareja por otro medio.
Con unas esposas se puede jugar a montar una fantasía erótica de un secuestro, o una historia policíaca, o tener tu propio esclavo; depende del grado de sumisión que le quieras dar a la historia. También las puedes usar simplemente para que no te toque, por lo general la inmensa mayoría son muy de meter mano cuando se excitan, ¿pero y si no pueden?… ¡pues más se excitan!
Ahora lo tienes a tu merced, todo su cuerpo es tuyo para explorarlo, para descubrir e investigar esas partes que siempre has querido tener a tu capricho y nunca te has atrevido. Puedes acariciar y excitar como gustes. No necesitas ni siquiera tocarlo. Tienes la facultad de inflamarlo sólo con estar presente.
Desnúdate despacio en un lugar bien visible, puedes hacer un streptease como tú sabes que le gusta. Luego, pasa suavemente tus dedos por su cuerpo, y si previamente los has mojado en tu boca de forma sugerente, ¡mejor!
Utiliza todos las partes del cuerpo que están a tu alcance excepto las manos: boca, lengua, pies, nariz etc. Piel contra piel descubrirás la embriaguez y la intensidad de un simple cuerpo a cuerpo. A falta de guiarse mutuamente con las manos, expresar oralmente sus sensaciones podría permitirtles alcanzar el séptimo cielo juntos.
Y por supuesto, tanto antes como durante los juegos, la idea de estar haciendo el amor con esposas puestas puede ser muy excitante, sobre todo en determinadas posturas.
Por ejemplo puedes sentar a tu chico en una silla, con las manos esposadas a la espalda y hacerle el amor a horcajadas o sentada de espaldas a él, meneando tus caderas entre sus muslos y sin él poder usar sus manos. Lo más interesante es que pueden intercambiarse los roles: unas veces, uno hará de dominante, y otras, de dominado. Así, puede vivirse la emoción de ser poderoso o sometido.
Y recuerda!: No te duermas después del org(0)smo dejando al otro atado, pueden ocurrir imprevistos muy desagradables.
VIERNES WARRITO PS HOY TOCA . . DISFRUTENLO !! 
Responder
|