Filón de Alejandría (en griego, Φίλων ὁ Ἀλεξανδρεύς; en hebreo, ידידיה הכהן), también llamado Filón el Judío (Alejandría, circa 15 a. C. – ibídem, c. 45 d. C.), fue uno de los filósofos más renombrados del judaísmo durante el período helenístico.1
Para Filón, hay un único Dios, incorpóreo e increado, inaprensible para la inteligencia humana. Entre el Dios Uno y los hombres se encuentra el Logos (en letras griegas λόγος), traducción que hace de los conceptos hebreos Memra (Ma'amar מַאֳמָר o Dibbur דִּבּוּר), expresión de la actividad intelectiva del Dios Uno, al que se debe la creación del mundo. Es el intermediario entre Dios y los hombres. Es el más antiguo de los seres; es el hijo primogénito de Dios; es la imagen de éste. El Logos, sin embargo, es inferior a Dios, se halla en la frontera que separa la creación de lo creado. No es ingénito como Dios, ni engendrado como los hombres, sino intermedio entre los dos extremos.
Por debajo del Logos se encuentran las Potencias (atributos divinos), por medio de las cuales el Dios Uno actúa sobre el mundo.
Es un precedente del neoplatonismo de Plotino.
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