Una vez terminadas las labores de embalaje, la comunidad realizó una ceremonia religiosa para despedir a Santiago Apóstol, donde el párroco Gilberto Sombrerero dijo: “Entregamos estos fragmentos de nuestro santo patrón al grupo de restauradores del INAH con la esperanza de que volvamos a tener entre nosotros a quien es parte de nuestra historia, nuestro pasado y de las generaciones que lo han visto desde hace más de 300 años en Izúcar de Matamoros”.
Entre música de mariachis, banderas de colores, confeti, globos y una mezcla de ovaciones y lágrimas, los vecinos escoltaron los fragmentos recuperados de la emblemática escultura hacia la salida de Izúcar de Matamoros, Puebla.
La idolatría tiene más adeptos entre la gente tosca e ignorante.