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Primero sacamos a Dios de la educación (la volvemos laica) y luego queremos que los alumnos se comporten moralmente (siendo que la fuente de la moral es la Religión); primero permitimos y promovemos los divorcios y la maternidad soltera y luego queremos que nuestros hijos estén bien educados (si entre dos padres: papá y mamá, es difícil educarlos, con solo la educación de la mama es mucho más difícil); primero dejamos a nuestra mama o a nuestra suegra nuestra obligación de educar a nuestros hijos, dejando que ellas los medio eduquen sin nuestra participación y luego nos quejamos de que no se educan bien; primero dejamos la educación de nuestros hijos a la televisión, que por cierto es bastante inmoral, frívola y hedonista (la televisión se ha convertido, junto con las abuelas en la niñera de nuestros hijos), y luego nos quejamos de que nuestros hijos son violentos; primero promovemos el hedonismo y luego nos quejamos del bullying: el hedonismo es equivalente al sadismo, que disfruta de agredir al masoquista. Hay que convencernos de que solo Dios puede aliviar toda esa telaraña que enreda nuestra sociedad, ningún abogado, juez, psicólogo, sociólogo pueden atacar el problema integralmente, ni solos ni en conjunto.
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