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Provoca belleza de La Santísima una guerra de sicarios en Tepito
Staff / Agencia Reforma
Ciudad de México
Volvía locos a los hombres, principalmente a los jovencitos de Tepito. Le decían La Anita o La Santísima Muerte.
Según la Procuraduría General de Justicia del DF, ella fue la culpable de manera indirecta de la muerte de al menos 15 personas, al desatar una guerra entre las bandas de sicarios.
La joven que en el 2004, había cumplido 19 años de edad, tenía una mirada seria, nariz recta, labios delgados y ojos café, lo que la hacía, en conjunto, una de las mujeres más asediadas del Barrio Bravo.
Un estudio realizado por la PGJDF, denominado El Desmantelamiento de Bandas Delictivas, da cuenta de las formas de operación y las relaciones de crímenes en Tepito, y señala que Ana María Hernández Ruiz provocó enfrentamientos entre bandas delictivas.
“Su relaciones amorosas con los líderes de distintas bandas delictivas provocó el enfrentamientos entre éstas, tales como: De la Morelos, de La Bella Elena y El Quinto Infierno”, señala el documento del que Reforma tiene copia.
“A raíz de estos enfrentamientos se registraron diversos homicidios en las colonias Morelos, 20 de Noviembre, Azteca, Penitenciaría y Centro”.
La joven, con dos tatuajes de la Santa Muerte en la espalda, generó que en cuanto los integrantes de las bandas se veían comenzaran las agresiones.
El análisis de la PGJDF señalan que los aman.te de La Santísima Muerte fueron Cristian Alejandro Velásquez Camarillo, El Toto, quien fue detenido y consignado al Reclusorio Norte por el delito de homicidio. Ambos procrearon un hijo.
Pero, tal vez la relación amorosa que más muertes generó fue la que sostuvo con Óscar Adrián Gamboa Solís, El Óscar o El Pozoles.
Al hombre se le acusó de ser responsable de al menos 10 homicidios en Tepito por venganzas amorosas, celos y control de la droga.
Entre los crímenes de los que se acusa a Gamboa Solís están los de José Antonio Sánchez, alias El Cordobés; Gerardo Mirelles y Gabriel Belmont, Azucena Moctezuma Medina e Iván Palacios, El Seco.
También los de Daniel Hernández, El Picos; José Iván Salinas, El Feo; Luis Arturo Rodríguez; Víctor José Vidal, La Oruga, y el de Pedro Jair Fuentes, El Jair.
El 13 de mayo de 2005, Gamboa Solís, de 23 años de edad, fue acribillado cuando circulaba por Tepito en un Audi, junto con Oscar Alberto García Ángeles, El Asesino, y una mujer de nombre Raquel, de 23 años de edad.
Otros de los novios de La Santísima Muerte fue Iván Palacios Pereira, El Seco, quien fue asesinado de seis balazos por El Pozoles.
Gilberto Gutiérrez Pérez, alias Beto Pelotas, consignado en el Reclusorio Oriente por cuatro homicidios y considerado uno de los sicarios más violentos a los 19 años de edad, también fue pareja sentimental de Ana María.
El ex fiscal de Homicidios, Guillermo Zayas, afirmó que la mujer provocaba discusiones entre los integrantes de las bandas y aunque sabía de los crímenes no denunciaba e incluso encubría a los sicarios.
“Ella tenía gran responsabilidad en la serie de crímenes que se registraron; andaba con integrantes de varias bandas y se relacionaba amorosamente con ellos provocando conflictos y prácticamente guerrea. Dicen que volvía locos a los chavos”, comentó Zayas.
Ana María fue detenida el 10 de julio del 2004 relacionada con la averiguación previa, VC1-T2/1190/04-06 por el homicidio de un joven.
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