La música funciona para mi de esta manera... Si anda uno con mal de amores, pues no vas a poner "Yo no nací para amar" de Juanga porque eso te va a dar para abajo y vas a querer cortarte las venas con una galleta.
Si se esta triste hay que poner música alegre que te ayude a cambiar el chip.
Cuando los psicólogos hablan de "cambiar el chip" hacen una alegoría respecto a lo que ocurre dentro de la cabeza, presumiendo que, el mundo subconsciente e inconsciente se puede asimilar a lo que representa un chip en una computadora.
Pero no hay nada más alejado de la realidad que dicha comparación, la cual considero casi siniestra.
Y resulta que, cuando se comienza a hablar de chips o discos duros para referirse a personalidad, comportamiento u otro atributo psicológico, se está comentiendo un grave error, tanto desde el punto de vista de quien emite dicha analogía, como desde el punto de vista de quién es el destinatario de la misma.
No me mosqueo para nada.
Solamente un comentario, entiendo perfectamente el cuento de cambiar el "chip". Antiguamente se hablaba de cambiar el disco duro.
Pero cambiar el disco duro viene siendo de Frankestein: un trasplante de cerebro.
Al menos cuando yo escucho música, se me cambia el contenido del "chip", pero no el chip.
Cuando me siento triste o con mal de amores, pongo música alegre para no empeorar las cosas. Cuando hago el aseo pongo música cubana, salsa, etc. Para activarme.
Recientemente leí que todas sus historias y todos sus personajes, Ágata Cristie, los imaginó mientras lavaba los trastes