Los temas que tratamos los ateos dan vida o muerte a las posiciones ateas. Los errores en este llevar temas han terminado con varios foros y varias agrupaciones.
Se deben equilibrar paradigmas. Un paradigma demasiado cientifcisita, por ejemplo, deja de lado los problemas socio culturales del ateísmo y se vuelve en una mala revista de divulgación científica.
Un tema de teístas, se repite la obsesión iconoclasta. Veamos en el terreno de las religiones las diferencia. Creo que tus preocupaciones son teístas, no ateas.
Yo observo más un patético quedabuenismo, es decir, lo que escribe acá no es lo que realmente piensa.
Lo que observo es que para variar, te quedaste sin argumentos.
En ausencia de tales buscas distorsionar los del otro o minimizarlos. recuerda que no pasaste la prueba del diálogo, lo reprobaste.
Cuando una persona no esta dispuesto a aceptar razonablemente los juicios ciertos de con quién dialoga, no esta dispuesto a cambiar su punto de vista si le demuestras lo contrario, es entonces cuando se revela que no hay una intención real de diálogo. Tú, no la tienes.
El problema de tu forma de razonar impide también un diálogo más allá de una formula binomial. De falacias en consecuencia.
Veamos.
Rosca dice la Virgen de Guadalupe no existe porque no existe la virgen. Luego entonces pensar en vírgenes es una estupidez, una fantasía inventada por las personas.
Yo pienso que la Virgen de Guadalupe es una construcción cultural, no una deidad. Luego entonces pienso que pensar en vírgenes, es decir en lo que se piensa como advocaciones de la virgen María, es un funcionamiento cultural.
Rosca piensa que quién cree en las apariciones de la virgen de Guadalupe son estúpidos, pues creen en una estupidez. Ya que creen que es una fantasía inventada por las personas.
Yo pienso que quién cree en las apariciones de la virgen de Guadalupe, se atiene a un relato literario que se cree, el Nican Mopohua y que dicho relato contiene elementos que tienen éxito en la sociedad mexicana, porque más allá de su construcción fantástica, responde a una necesidad de la sociedad novohispana. En un siglo donde las creencias imperaban, la discusión social se traducía muchas veces en discusiones teológicas. Esas discusiones teológicas reflejan un conflicto social de fondo.
Rosca piensa que los católicos son estúpidos porque adoran una imagen de yeso, como un ídolo al que le ofrendan. Se pregunta, ¿por qué vale más en la Iglesia, que en el Mercado?
Yo pienso que los católicos ven en las figuras de yeso de la virgen, no a un objeto de adoración, sino a la representación de la virgen, más allá del objeto, la imagen les representa a la virgen María del culto mariano. Lo que lo hace diferente, entre la que compras y la de la Iglesia, es la admisión ritual, el rito es un rasgo humano de inserción.
Rosca ignora que hay una controversia en torno a las fuentes históricas de las apariciones, no las ha enunciado, no las refiere, supongo que no las conoce.
Yo conozco la discusión de las fuentes guadalupanas. Sé donde existe una gran controversia y sé como la crítica de fuentes resuelve el enigma. Lo dejo en suspenso.
Rosca piensa que los católicos son estúpidos, que adoran una imagen de manera estúpida, porque la virgen no existe.
Yo pienso que más allá de la existencia o no, yo estoy en la segunda posición. El enorme éxito del culto guadalupano obedece a un proceso de sincretismo simbólico que saca a la virgen de Guadalupe mexicana, del simbolismo de la virgen de Guadalupe de Extremadura. El análisis simbólico las hace diferentes, pues en la mexicana subyace de manera no controlada, un culto paralelo que provienen de Tonantzin, tal y como en Cuba sucede con la Santería.
La gente cree en la virgen, pero al mismo tiempo encuentra en ella a la mama creadora del universo y las estrellas. Esta acepción se desprende del culto mariano tradicional, para dar identidad al México profundo.