Aquí va una historia, esta me la platicó mi mama y va más o menos así:
Cuando niña mi mama, era la única mujer que quedaba de una familia numerosa, ya que tres tías mayores, ya estaban respectivamente casadas, entonces quedaban algunos de mis tíos, viviendo con mis abuelos, en una casa que según me describió mi mama, era muy grande y lúgubre, pues comenta que había como un sistema de ventilación y que se podía escuchar conversaciones de otras habitaciones contiguas, el caso es que mis tíos, al llegar la noche, solían jugar un juego muy extraño, el cual se llamaba "levantar al muerto", consistente en que se designaba a alguien para llamar a un muerto del cementerio municipal poniéndole nombre y de manera verbal y por turnos cada uno de mis tíos guiaría al muerto hasta la casa donde vivían, sucede que la entrada de dicha casa estaba protegida por un cancel bajo, y por las noches mi abuelo lo ,mantenía cerrado con candado, y había un arbusto en una jardinera ya en la calle, pues bien, mientras todo esto sucedía, mi mama que dormía sola, estaba aterrorizada escuchando el juego de mis tíos, cuando precisamente ya lo iban a terminar, cosa que sucedía cuando el último de mis tíos que no había participado en la narración u orientación del espíritu, a ese precisamente le indicaban que el muerto ya estaba enfrente del cancel, ahora solo faltaba invitarlo a que entrase en la casa, y fue ahí cuando mi tío le dijo al "muerto" que entrara a la casa que era invitado, y al instante se soltó una ráfaga de viento, y el cáncel estando cerrado con candado se abrió de forma estrepitosa, y de ahí todos mis tíos gritaron aterrorizados, mi abuelo se tuvo que salir a ver que había pasado, y la pobre de mi mama, solo atinó a taparse de los pies a la cabeza. Fin de la Historia.
Responder
|