Entre veras y bromas
Por Jaime García Elías opinion(0)informador.com.mx
– Focos rojos
Lo que comenzó con expresiones de protesta, llegó ya a las acciones decididamente delictivas: bloqueos de carreteras, saqueo de supermercados, enfrentamientos entre manifestantes (o salteadores mimetizados como tales); centenares de detenidos —más de 400 en el Estado de México, más de cien en Veracruz...—, decenas de heridos, y —lo peor— un policía que trató de enfrentarse a una turba de saqueadores, atropellado y muerto.
-II-
En su primera aparición pública desde que comenzó el año —es decir, desde el “gasolinazo”—, el Presidente Peña Nieto aplicó el consabido masaje con un algodoncito verbal humedecido con alcohol después de la inyección de penicilina —dolorosa, al margen de sus efectos terapéuticos— al aseverar que “no hacerlo (incrementar de golpe y porrazo el precio de las gasolinas) hubiera supuesto poner en riesgo la estabilidad económica del país”. Es seguro que sus asesores en materias de seguridad y comunicación lo tienen al tanto de que, en cambio, haberlo hecho ha puesto en riesgo la estabilidad social… Es decir que por no darle al violín, le dio al violón.
La medida gubernamental generó dos tipos de reacciones que, mezclados, resultaron explosivos. Por una parte, los centenares que llevaron sus protestas al nivel de marchas, manifestaciones y bloqueos, ocasionaron, ipso facto, daños a los comercios atracados por supuestos manifestantes, azuzados, posiblemente, por alborotadores profesionales, y perjuicios a millares de ciudadanos que, por la otra, convencidos de la inutilidad de las protestas, optaron por asumir una actitud pasiva.
Puesto que es improbable que todos los rufianes que pasaron de las protestas iniciales al robo de aparatos electrodomésticos y hasta muebles sean procesados y sentenciados como corresponde, y puesto que el riesgo de nuevos enfrentamientos y nuevos excesos se mantendrá vigente mientras persista la causa, cabe suponer que “el supremo Gobierno que no se equivoca nunca” (con la venia del inmarcesible Pito Pérez) inventará alguna fórmula financiera que permita amortiguar el impacto que los altibajos en los precios de las gasolinas tendrá en el bolsillo de todos —así: de todos— los ciudadanos…, especialmente porque nadie es tan ingenuo para suponer que cuando bajen los precios de los hidrocarburos, el Gobierno repercutirá esos precios en beneficio del bolsillo del ciudadano común.
-III-
En lo que se toman (o no) medidas para encontrarle la cuadratura al círculo y sacar el choclo que —por lo visto— en este caso se metió hasta la ingle, cabe, como corolario, parafrasear a Carlos Dzib: “La autopsia dirá si sobrevivimos”.
Enero 6 2017 Por: Jaime García Elías
..ecuanime el tal jaime...
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