Todos estos versos no son más que expresión de entusiasmo, de la exaltación, de la locura de amor.
El amor todo lo transforma, el amor nos reconcilia con la vida. El amor nos hace disfrutar mejor el encanto de toda la vida.
En las bodas judías había danzas. Era un estallido de alegría. El centro de la fiesta era la novia. Como lo muestran estos versos, a ella se le pedía, que se dejase admirar, que les permitiera gozar de su belleza: "Vuélvete, vuélvete. Sulamita, vuélvete, vuélvete, para que te veamos". Incluso la traducción conserva un ritmo, que a gritos está pidiendo el acompañamiento de la música.
Ella se sabe bella, ella quiere disfrutar con toda la alegría de ese día. Si ella pregunta qué es lo que miran en ella, no es por inocencia, es un truco (literario), para que se empiece a describir su belleza. Sin vulgaridades, pero sin puritanismos, se nos describe la belleza corporal de la mujer.
No es un cuerpo que se vende, es una mujer lo que se admira. No es un medio de seducción y de propaganda, es una mujer que goza y sabe compartir la alegría.
Se ha querido identificar a la Sulamita: ¿Quién es y por qué se llama así? Que si es de Sunam, que si es el femenino de Salomón, pero en realidad no hay ninguna respuesta convincente, y tal vez ni haga falta, basta con tener en cuenta, que toda mujer, de todo tiempo, puede ser la Sulamita.
Rasgo por rasgo de lo que más llama la atención, parte por parte del encanto femenino es cantado por el coro: sus pies de *** príncipe, sus pies nobles, impresionantes, sus partes suaves y curvas: "lo que embriaga y enloquece a los hombres es la curva de tus caderas", y en ellas se describe, se ve una obra de arte. Sus ojos grandes, su nariz bien definida, su cabellera, su cuello blanco, su majestad, su vitalidad. Ella tiene la majestad y la vitalidad de una cordillera, y algo más.
No sólo se nos describe lo que los ojos alcanzan a ver en una novia que goza de fiesta de bodas, sino toda su persona. Se canta a todo el cuerpo de la mujer, se canta a toda su belleza, se canta a la belleza como los hombres y las mujeres quisieran que fuera, se canta a la juventud y a la frescura de sus pechos. Se canta al encanto y a la fecundidad de su vientre, a su capacidad de vida, pero también a lo que en hebreo se dice "Shor", que bien puede ser el ombligo como símbolo de sensaciones y estímulos eróticos, o bien puede ser lo que los árabes llaman Sir, o sea la parte pudenda de la mujer. Tal vez éste sea el significado más exacto, porque se dice de ella, que es una copa redonda, y en hebreo servirse de una copa es una manera delicada de expresar la unión s*xual. A esto añádase que se dice, que rebosa licor, y ésta es también una figura para expresar el deleite carnal.
En otras palabras, se canta a toda la belleza y a todo el encanto de la mujer, sin despreciar o devaluar algún aspecto de ella.
Responder
|