Yavanna | Mensajes: 3223 | Usuario Diamante
Esta es buena, para recordar...
LOS CUATRO ACUERDOS
1. Sé impecable con tus palabras
“Utiliza las palabras apropiadamente. Empléalas para compartir el amor. Usa la magia blanca empezando por ti. SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS”.
Las palabras poseen una gran fuerza creadora, crean mundos, realidades y sobre todo, emociones. Las palabras son mágicas: de la nada y sin materia alguna se puede transformar lo que sea. El que la utilicemos como magia blanca o magia negra depende de cada cual.
Con las palabras podemos salvar a alguien, hacerle sentirse bien, transmitirle nuestro apoyo, nuestro amor, nuestra admiración, nuestra aceptación, pero también podemos matar su autoestima, sus esperanzas, condenarle al fracaso, aniquilarle. Incluso con nuestra propia persona: las palabras que verbalizamos o las que pensamos nos están creando cada día. Las expresiones de queja nos convierten en víctimas; la crítica, en jueces prepotentes; las descalificaciones a nosotros mismos (pobre de mí, todo lo hago mal, qué mala suerte tengo, qué tonto soy) nos derrotan de antemano.
Si somos conscientes del poder de nuestras palabras, de su enorme valor, las utilizaremos con cuidado, sabiendo que cada una de ellas está creando algo.
2. No te tomes nada personalmente
“Respecto a la opinión ajena, para bien o para mal, mejor no depender de ella. NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE.”
Cada cual vive su propia película en la cual es protagonista. Cada cual afronta su propia odisea viviendo su vida y resolviendo sus conflictos personales. Cada cual lo hace lo mejor que puede dentro de sus circunstancias y sus limitaciones. Los demás sólo figuramos como personajes secundarios. Si alguien me insulta en la calle (o yo lo percibo así) con toda seguridad no tiene nada o muy poco que ver conmigo; es simplemente una reacción a algo que está pasando fuera (un mal día con su pareja o en el trabajo, una discusión, etc.), o más probablemente dentro (preocupaciones, ansiedad, frustración, impaciencia, enfermedad…)
Hay mucha “magia negra” fuera, lo mismo que la hay dentro de ti mismo o de mí. En cualquiera, en algún momento de su vida, en algún momento del día. Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos “magos negros”. Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te tomas las cosas personalmente serás inmune a todo veneno.
Comprender y asumir este acuerdo nos aporta una enorme libertad. Cuando te acostumbres a no tomarte nada personalmente, no necesitarás depositar tu confianza en lo que hagan o digan sobre ti las demás personas. Nunca eres responsable de los actos o palabras de las demás personas, sólo de las tuyas propias.
3. No hagas suposiciones
“Nunca nada que pasa fuera es personal. Pero en cualquier caso, NO SAQUES CONCLUSIONES PRECIPITADAMENTE”.
Tendemos a hacer suposiciones y a sacar conclusiones sobre todo. El problema es que al hacerlo creemos que lo que suponemos es cierto y montamos una realidad sobre ello. Y no siempre es positiva o está guiada por la confianza o el amor, sino más frecuentemente por el miedo y nuestra propia inseguridad.
Deduzco que alguien se ha enfadado conmigo porque no respondió a mi saludo al cruzarnos y mi mente organiza toda una realidad sobre eso. Y se rompen puentes entre la otra persona y yo. Lo mismo en cualquier ambiente; creamos realidades con base en comentarios o elementos sueltos e incluso en chismes malintencionados.
La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te quedan claras, e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular. En última instancia y si te dejas guiar por la buena voluntad, siempre te queda la confianza y la aceptación.
4. Haz siempre lo mejor que puedas
“Si te caes, no te juzgues. No le des a tu juez interior la satisfacción de convertirte en una víctima. Simplemente comienza de nuevo”.
El cuarto y último acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados: Haz siempre lo máximo y lo mejor que puedas. Siempre podemos intentar ser impecables con nuestras palabras, no tomárnoslo personalmente y no hacer suposiciones. Si lo intentamos, de la mejor manera que podemos, ya es suficiente.
Con la práctica será cada vez más fácil hasta que la identificación es prácticamente completa y los nuevos acuerdos forman parte de nuestra manera de ser, sentir y actuar.
(Miguel Ruiz)
Saludos.
Responder
|