|
Hola, resulta que una muy buena amiga fue expulsada del café D'Val ubicado Pedro Moreno #690, justo detrás del exconvento del carmen. Esa cafetería es muy buena, el servicio es usualmente elitista y preferencial pero que rico café hacen y además es de los pocos lugares donde no ponen música ambiental, que para mí y mucha gente sí es un plus.
Pues el caso es que corrieron a mi amiga, la joven pintora conocida como Luppa (por si la ubican), después de años de ir por lo menos dos veces al día a beber café y dibujar. Esta mañana ella llevaba una falda corta y he de admitir que Luppa es una chava muy guapa y simpática. Las harpías que ahí atienden le dijeron que no podían darle servicio porque sus amigos pasan mucho tiempo ahí sin justificar su estancia por medio de su consumo. Y le recordaron que ya le habían pedido que no suba los pies a los asientos (no se lo pidieron hoy, ya que no alcanzó ni a acomodarse en su lugar de costumbre cuando la expulsaron a perpetuidad).
Si me lo preguntan a mí, las cajeras y meseras son familia o algo del dueño y se toman libertades más allá de lo razonable. Creo que de lo que se trata es una combinación de medidas mafiosas para abrir a los clientes que no den tanta propina como la que dejan los clientes de años (es un café de viejitos, o D'Val-etudinarios, ja ja ja) y bueno... ¿a quién elegir para desquitarse o hacer una selección arbitraria de clientela? A la tierna, simpática y guapa niña pintora con perforaciones que a pesar de que no tiene tanto dinero como los viejillos que seguro tratan de un modo más... ¿galante, caballeroso? a las arañas que trabajan ahí y seguro no tienen ni idea de lo que significa dar servicio en un café/restaurant/bar.... aún así Luppa visita a diario el lugar y deja su modesta propina y lo único que quiere es que se le de un trato igual al que cualquier otro cliente. Es evidente que Luppa ha sido elegida como chivo expiatorio de algún mal o perjuicio que las empleadas del lugar deliran que de algún curioso modo se arreglará al prohibirle regresar. Que canallada. Lo que pasa es que quieren puro cliente que de cierta propina y mejor ni atender ni recibir ni nada a los que sean más humildes... y claro, ella es muy bonita y las del café no se sabe que tan bonitas o feas puedan ser porque nunca quitan su expresión de víctima de hemorroides de sus caras.
Este establecimiento era ya como un segundo hogar para ella, muchos de nosotros sus amigos vamos muy seguido por recomendación de ella o así sea solo por verla y saludarla, ya que siempre está(ba) allí. Yo casi siempre que voy salgo bien pedo, así que sí consumo, y como yo sí sé lo que cuesta ganarse la propina sirviendo y atendiendo con cortesía y amabilidad siempre me mocho chido con la propa, también.
El asunto es este... ¿se vale que un día te pidan que no subas los pies, pagues tu cuenta, te dejen ir como si nada y otro día te digan que no puedes sentarte porque no quieren atenderte? ¿Porqué no se lo pidieron cuando subió los pies o hizo lo que ellas crean que les afectó tanto para tomar esa decisión? ¿Qué justifica que un establecimiento te niegue el servicio, legalmente hablando? ¿Se valen esos anuncios de "nos reservamos el derecho a negar el servicio a cualquier persona" o algo así?
Luppa es una de las chicas más dulces, simpáticas y alivianadas que tengo el placer de conocer, ahí en ese café se han dado eventos tan significativos para ella como conocer a su actual novio y cosas así. El D'Val es nuestro lugar, por el solo hecho que es el lugar de Luppa. Se agüitó gacho por ser rechazada de la que era casi casi como su casa en la calle.
¿Qué podemos hacer sus amigos? No creo que con dejar de ir baste, porque seguirán empleando ese criterio para desyerbar la clientela que no le guste y tratar de dejar solo sus favoritos... pero si no quieren atender a todo tipo de personas pues se equivocaron de profesión. ¿Hay algún modo para defender a Luppa de este atropello?
Gracias
Responder
|
