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AQUÉL RELATO ERÓTICO... CORREGIDO Y AUMENTADO...

MensajePublicado: Jul 15 2010    Título:

Cuantos recuerdos…

Ha pasado tanto tiempo desde entonces que muchas cosas habían desaparecido de mi memoria. Platicar nuevamente contigo ha detonado que vuelvan a la mente como si hubiesen sido ayer. De igual manera te sucede a ti, hay cosas que no recuerdas hasta que te lo menciono y es cuando comienzas a llenar los vacíos que faltan acerca de ciertos eventos.

Hablábamos de cuando nos conocimos. Nuestro trato era gracias a que yo estaba encargado de la producción del mobiliario de todos los hoteles en construcción de la cadena, aparte de la supervisión del de la ciudad. Al principio las llamadas telefónicas eran muy formales entre ambos, posteriormente fueron convirtiéndose en más amigables, hasta que nos convertimos en confidentes. Jugábamos a coquetearnos, a decirnos cosas que sabíamos sería difícil de llevar a cabo debido a la distancia, sin saber que sucedería después. Nuestro jefe era un buen tipo, señor cuarentón que, mientras tú rondabas los 25, parecía tener un fijación por tu persona, pues cada que venía a Guadalajara era después de ir a Monterrey y siempre me platicaba de ti; que si estabas bonita, que si tenías lindos ojos, que si tu cabello ondulado… pero invariablemente terminaba diciéndome que le gustabas para mí. Yo solamente me reía y le contestaba que había una distancia muy grande entre ambos, ya luego nos poníamos a trabajar.

Un buen día me dijiste por teléfono que vendrías para acá pues tenías ciertas diligencias que realizar por encargo de tu mamá. Aprovecharías la tarifa especial de empleado y viajarías junto con Héctor, nuestro jefe, después de terminar su recorrido por allá. Me dio mucho gusto que finalmente conocería a la mujer detrás de la línea telefónica.

Siempre que venía Héctor, lo recibía en el lobby del hotel y, después de llevar sus maletas a su habitación y bajar a desayunar, nos dirigíamos a la oficina de la gerencia para ponernos de acuerdo sobre los puntos a atacar. Ese día fue exactamente igual, sólo que estaba ansioso por saludarte. Cuando llegaste, a pesar de que nunca te había visto, ni tú a mí, nos saludamos como si nos conociéramos de años y nos estuviéramos encontrando después de mucho tiempo de no vernos. Inmediatamente noté cómo cambió el semblante de Héctor y se apresuró a decirme que nos fuésemos a desayunar para ir a trabajar. Fue un desayuno rápido, no como otros días que platicábamos largo y tendido acerca de las cosas que sucedían en las demás plazas. Nos fuimos checar pendientes, no sin antes decirte que nos viéramos para invitarte a comer y platicar.

A la hora de la comida, curiosamente, Héctor me encomendó una tarea que bien podría haberla hecho después de comer, pero, ahora entiendo, buscaba mantenerme alejado de ti. Se fueron a comer sin mí, mientras yo me quedaba a trabajar. El caso es que ya no pude verte sino hasta ya muy tarde y sólo me pude despedir.

Al día siguiente, que era sábado, trabajaba nada más medio turno, así que había posibilidades de hacer algo después de entonces, mas sin embargo me percaté que Héctor me dejaba instrucciones y se iba directamente contigo, por lo que era difícil ponernos de acuerdo para salir. Finalmente pudimos platicar y me dijiste que me esperabas en tu habitación cuando me desocupara. Así lo hice, pero para no encontrarme con Héctor subí por las escaleras de servicio, no por el elevador para evitar encontrármelo. Toqué a tu puerta y abriste sigilosamente, pues estaban hospedados en el mismo piso, justo en habitaciones encontradas. Quedamos de vernos en la noche para invitarte a algún lugar de la ciudad y me retiré para arreglarnos. Cuando regresé por ti, aún no terminabas, pero igual me dijiste que pasara.

- Héctor está muy serio conmigo - Dijiste.

- También contigo? - Pregunté. - Porque conmigo así estuvo desde ayer que llegó, cosa que me pareció muy rara, ya que no es así generalmente.

- Sí, de hecho me dijo que no saliera contigo, que aunque pareces buena persona, uno nunca sabe quién es quién.

- Jajajajajajajajaja. Me parece que está celoso porque quiere contigo.

- No!!! Cómo crees??? Es un “viejito”.

- No me lo puedo explicar de otra manera.

Todo esto lo platicamos mientras tú estabas en el baño terminando de arreglarte y yo sentado en el sillón de la habitación viendo la tele. Cuando saliste me dejaste completamente boquiabierto.

- Cómo me veo?

- Muy bien - Dije, pues fue lo único que pude articular al verte con esa blusa negra escotada, tanto al frente como atrás, que me dejaba ver la piel morena clara de tu espalda casi hasta el término de tu espina dorsal y que solo se tapaba con tu cabello castaño ondulado, todavía estilando un poco de humedad. Pero lo que más resaltaban eran tus ojos con esa mirada tan inocente mezclada con una coquetería innata, eso que uno nunca sabe que es, pero que se sabe que eso es lo que tanto atrae.

- De verdad? Porque lo dices de una forma que parece de compromiso. - Y mientras decías esto, te sentaste frente a mí en un taburete, que hacía juego con la tapicería del sillón en color rojo, que arrimaste lo más que se pudo, aprovechando que mis piernas estaban abiertas y donde recargaste tus codos, para sostener tu barbilla juntando tus manos, quedando tu cara a la altura de mi pecho, pero lo suficientemente cerca de la mía.

- Claro, en verdad te ves muy bien. - Tratando de disimular lo más posible el deseo que se había despertado en mí.

- Bueno, pues entonces vámonos - Y te levantaste tan abruptamente que rompiste el encanto haciéndome volver a la realidad de un momento a otro.

Recuerdo que te llevé a un bar donde platicamos tan placenteramente que el tiempo se pasó volando, sin sentirlo. Ambos estuvimos muy a gusto, pero yo no perdía oportunidad de imaginarme tocando tu piel mientras platicabas. A veces estaba tan absorto en mis pensamientos que perdía el hilo de la conversación y fingía que pasaba algo en otro lado para comentártelo, en lugar de contestarte lo que me cuestionabas. “En qué estábamos?”, te preguntaba para poder hilar de nuevo con lo anterior y que no adivinaras mis aviesos pensamientos.

Finalmente no pude resistirme y toqué tus hombros con el anverso de los dedos de mi mano derecha y, en lugar de recibir una bofetada de tu parte o que me retiraras la mano, me sonreíste e inclinaste tu cabeza para que tu mejilla acariciara mi mano, moviéndola suavemente de un lado a otro, mientras cerrabas tus ojos y esbozabas una sonrisa más. De ese momento no recuerdo la música, ni el bullicio de la gente, ni la tonalidad de la media luz o el tintineo de las copas, sólo mi mano acariciando tu hombro y la suavidad de tu mejilla. Nos besamos y finalmente pude tocar tu cabello, enredando uno de mis dedos en la ondulación del mismo, tal como me lo había imaginado desde que te vi.

- Nos vamos a otro lado? - Te pregunté.

- Sí, claro.

- A dónde quieres ir? - Lo dije con un dejo de ganas de ti.

- A donde quieras.

- Segura que a donde quiera? - Ya con un poco de malicia en mi mirada y sonrisa.

- Sí, tú eres mi guía.

Y en eso me convertí…

En tu guía.

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MensajePublicado: Jul 15 2010    Título:

LAS PALABRAS Y ACCIONES, JUSTAS EN EL MOMENTO PRECISO.....

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MensajePublicado: Jul 15 2010    Título:

Y vaya que fueron palabras y acciones justas en el momento preciso...

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No por nada dejaron huella tanto en mí como en ella...

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MensajePublicado: Jul 19 2010    Título:

Y esto va por tu cumpleaños...

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MensajePublicado: Jul 19 2010    Título:

Peren, ya casi...

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MensajePublicado: Jul 19 2010    Título:

La adrenalina es una sustancia química producida naturalmente por nuestro cuerpo cuando se encuentra en situaciones de peligro, de alerta o ansiedad. Genera reacciones involuntarias en nosotros como, dilatación de pupilas, respiración entrecortada y aceleración de los latidos del corazón. Nunca como antes corrió adrenalina por todo mi cuerpo esa noche.

Era tu cumpleaños, tal como hoy, y por más que hubiera querido convencerte de celebrarlo en un lugar más íntimo, tú no querrías pasarlo lejos de tu familia, así que sólo te lo comenté por no dejar de hacerlo, para ver si como dicen “si pega, qué bien; si no, despegado estaba”. Definitivamente fue una buena idea decírtelo, pues aunque tu respuesta fue la que me esperaba, lo que dijiste además me dejó completamente intrigado.

- Bien sabes que me gusta pasar mi cumpleaños con mi familia. - Fue tu contestación.

- Lo sé, pero quería ver si por esta ocasión nos podíamos salir del script. - Sin mucho convencimiento respondí, sino resignado.

- No. - Dijiste tajantemente. - Pero te tengo una forma para compensártelo.

- Ah sí? Cómo? - Pregunté curioso.

- Ya lo verás cuando pases por mí. Es una sorpresa. - Y al decir eso, solamente sonreías maliciosamente.

Afortunadamente para mí, siempre he sabido disimular bien la curiosidad y la ansiedad que me provoca no saber algo. Y pues como no me habría gustado arruinar la sorpresa, preferí esperar a la hora de salida.

Solamente yo sé todas las cosas que me pasaron por la cabeza durante el día. Me venían ideas a diestra y siniestra acerca de lo que sería esa dichosa sorpresa que me tenías preparada. Y era tu cumpleaños!!!, ja. Me decías que te gustaba de mí la forma que tenía de sorprenderte con detalles tan sencillos como llamarte a medianoche para preguntarte si me extrañabas y al contestarme que sí, decirte que no lo hicieras más, que ahí estaba afuera de tu casa para que me vieras. Sólo te daba risa y comentabas que ya estabas en pijama y medio dormida. No me importaba. Lo hacía por verte, por provocar esa sonrisa apenada cuando salías enfundada en una camiseta holgada, sin sostén debajo y con un pants entallado, ya sin maquillaje, la cara lavada, con la mirada un poco baja para que no te viera del todo. Me gustaba levantar tu cara, ver tus ojos y besarte sin decir nada. Luego te abrazaba, me despedía, volvía a juntar mis labios con los tuyos y te dejaba en tu puerta. Ahora serías tú quien me sorprendería con algo.

Obviamente con el horario de verano, la claridad dura más tiempo y eso es impedimento para realizar muchas cosas, pero en realidad no fue determinante. Pasé por ti a la hora de siempre, saliste con esas flores que te regalé en la mañana y con otros regalos que te hicieron en la oficina. Los acomodamos en el carro y emprendimos la marcha. Tan sólo esperaba a que estuviéramos en camino para hablar.

- Y cuál es la sorpresa? - Pregunté ansioso.

- Espera. Si las condiciones de tráfico lo permiten, te lo indicaré.

- No entiendo. - Y seguramente mi cara te decía que no tenía una pista porque soltaste una carcajada que me hizo sentir pena.

- No comas ansias, pues la que comerá soy yo. - De nuevo lo dijiste con esa malicia de la mañana.

Y me cae que no entendí. Ja.

Nos fuimos casi en silencio, porque la verdad, no me quitaba las ideas de la cabeza y no me atrevía a preguntar de nuevo, pues me dijiste claramente que algo tenía que ver con el tráfico y esa tarde-noche estaba un poco cargado. Casi al llegar a la zona donde vives me dijiste que me fuera hacia el parque antes de llegar a tu casa, por lo que tomé otra avenida menos concurrida que por donde veníamos.

- Ve un poco más despacio y maneja.

Sonabas muy decidida, así que simplemente hice lo que me pediste. Vi que tomaste tu bolsa y sacaste unos kleenex. Ingenuamente pensé que te sonarías la nariz o algo así, pero en lugar de eso, los pusiste sobre tus piernas, dejaste tu bolsa en el piso del coche y te acercaste a mí.

- Esto ya lo hemos hecho mientras estamos estacionados en el parque, pero ahora quiero cumplirte tu fantasía de hacerlo con el carro en marcha. - Hablaste y noté cierta lujuria en tus palabras.

- Ok. - Fue lo único que alcancé a decir.

La verdad, estaba totalmente sorprendido por lo que acababa de escuchar, pues de entre todas las cosas que imaginé, nunca me pasó por la cabeza, ni remotamente, que fuera eso lo que harías. Inmediatamente comenzó a correr la adrenalina por mi cuerpo, pues debía estar alerta, no solo a que alguien más pudiera vernos como en otras ocasiones, sino ahora tenía que cuidar que no chocáramos y permitirme sentir lo que ibas haciendo. Pude sentir, sin ver, cómo tus manos me acariciaban por encima del pantalón y cómo poco a poco me iba sintiendo incómodo por la erección que se iba dando. Mi respiración iba siendo más fuerte cada vez, mientras mi corazón latía con mayor intensidad. Como nunca antes venía observando los tres espejos retrovisores revisando que nadie se nos acercara en otro auto o que hubiera gente caminando por las aceras que pudieran ver lo que estaba sucediendo. Me pediste ayuda con el cierre del pantalón, así que como pude me desabroché y dejé abierto, pues cuando intenté liberar mi miembro me quitaste la mano diciendo “esto es mío”, mientras con tu mano derecha lo apretabas buscando sacarlo.

Pocas ocasiones recuerdo con tanta lucidez, haber tenido una erección tan fuerte como la que sentí al momento de que tu cabeza bajó a mis piernas para metértela a la boca. No pude evitar quitar la mirada de los retrovisores y del camino para voltear hacia abajo y ver que era realidad lo que estaba sintiendo en esos momentos. Yo debía seguir manejando, pero por un instante me perdí en la sensación de tus labios húmedos de tu propia saliva y de mi humedad natural sobre el glande y cómo los ibas bajando poco a poco para llenarte la boca con mi pe.ne, en tanto emitías ese sonido tan peculiar tuyo que me indicaba que lo disfrutabas como a un exquisito manjar.

- MMMMMMMMMMMM!!!

- Qué rico!!! - Fue lo único que el poco aliento que me dejaste, permitió decir.

- Te gusta? - Mencionaste, levantándote un poco para poder hablar.

- Sí, mucho. Sigue, por favor. - Lo dije rápido para que continuaras.

Dos veces estuve a punto de terminar, pero tuve que contenerme a causa de dos coches que nos alcanzaron debido a la baja velocidad a la que íbamos. Aparte, tenía que concentrarme en todo, no solo en la sensación que a pesar de ser placentera, no estaba exenta de esa alerta que sólo la adrenalina te hace sentir. Creo que también estabas comenzando a cansarte de la quijada, pero encontré la manera para finalmente darte a comer “ansias” (finalmente entendí la frase que dijiste en la mañana).

- No te detengas por favor. - Y mientras decía esto, comencé a moverme, tanto como podía, de arriba abajo, lo cual también me hacía pisar el acelerador más y luego menos conforme subía o bajaba, hasta que encontré el equilibrio perfecto para concentrarme en la sensación de tu boca en mi pe.ne, los gemidos de tu voz y el recorrido interior de fluidos previo al org(0)smo. Olvidé manejar, pero aferré mis manos al volante, veía al frente, pero no observaba. Mi cuerpo se tensó y mi corazón pareció dejar de bombear sangre para comenzar a bombear s***n en tu boca. Pocas eyaculaciones tan copiosas recuerdo haber tenido como esa, pero no dejaste escapar una sola gota y seguiste bebiendo de mí hasta que mi cuerpo dejó de moverse y ya no sentí ningún fluido por salir.

Te incorporaste, tomaste un kleenex, limpiaste mi pe.ne y con otro tu boca. Respiraste profundo y sonreíste.

- Te agradó la sorpresa?. - No dejaste de sonreír pues sabías que mi respuesta no era necesaria con palabras, pues mi cuerpo, mi cara y mi expresión no dejaban lugar a dudas.

- Por supuesto que sí. - Dije como pude, porque mi corazón volvió a bombear sangre de manera desesperada y apenas me estaba volviendo el alma al cuerpo.

Seguí manejando hacia tu casa y ya te esperaba tu familia con una fiesta en donde te dieron más regalos, abrazos y felicitaciones. Yo no podía ocultar mi cara de satisfacción, pues hasta me preguntaron por qué estaba tan contento. Sólo atiné a decir que porque te veía muy feliz.

- Y se supone que es tu cumpleaños, pero el regalo me lo diste tú a mí. - Te comenté en cuanto pude.

- No, mi mejor regalo me lo diste tú. - Dijiste sonriendo de nuevo.

- Ah sí? Y cuál fue? - Pregunté sin saber a qué te referías.

- Tu expresión de satisfacción por la sorpresa que te di. - Y me besaste.

Y era tu cumpleaños…

Tal como hoy.

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

Debo hacer un anuncio...

Agradezco a las personas que han llevado este post a las casi 4000 lecturas, tanto a quienes han participado posteando también aquí, como a quienes simplemente leen, pero creo que la siguiente aportación será la última, a menos que me hagan cambiar de parecer, jeje.

En un rato más, lo que parece ser el colofón.

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

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PORK KIERES HACER EL COLOFOX...

SI ESTA TAN SHIDO TU POST sad.gif

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

Gracias por tus sinceras palabras, crepa...

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Pero creo que todo lo que empieza, alguna vez tiene que terminar...

Además, nomás tú opinas...

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

Reflexivo porque te pone a pensar???

O reflexivo porque te ves refeljad@???

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

EDA K SI, ES LO K YO DIGO..

Cita:
Además, nomás tú opinas


GRACIAS POR DECIR K NO TENGO VIDA PROPIA Y K ESTOY METIDA AKI EN LOS FOROS, DIA Y NOCHE DE LUNES A DOMINGO INCLUIDOS DIAS FESTIVOS getlost.gif

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

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Inches crepa y seline...

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Quise decir...

O reflexivo porque te ves reflejad@???

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

Cita:
PORK KIERES HACER EL COLOFOX...




PS X K EL OLI ES UN CALENCHU !!



X K MAS HA DE SER icon_lol.gif

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

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Inche kpirucho...

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Y dije COLOFÓN!!!!!!!!

No colofox...

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MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

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SE PASAN TODOS, SON UNOS LUJURIOSOS icon_lol.gif

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