solteros Mexico
Sexualidad y Ero.tismo <<Volver al Indice

 

AQUÉL RELATO ERÓTICO... CORREGIDO Y AUMENTADO...

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

HOLAAAAAAAAAAAAA CREPITAAAAAAAAAA icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

HOLA KPI snork_wink.gif



K HORAS TRAES what.gif


icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif

Bueno, ya casi le damos COLOFÓN a esto...

icon_cry.gif

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

PON EL PERRITO DE holaaaaaa OLI icon_lol.gif



DEDICADO PA SELINE ! snork_lach.gif

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif


NO SELINE NO LES HE HABLADO eusa_snooty.gif

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif icon_lol.gif

Ya mero...

sad.gif

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

YA MERO K?

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

“Donde estés, con quien estés”



Esta canción es un himno para el que se cree indispensable en la felicidad de otra persona, aún cuando ya no estén juntos, pero en realidad no es más que un grito desesperado por sacar a flote el amor propio que se encuentra ahogándose entre la frustración por no haber podido lograr que esa persona permaneciera a su lado, el dolor de haber perdido al ser amado y la rabia por saber que alguien más estará, tarde o temprano (y a mayor cercanía de tiempo, mayor rabia), diciendo y haciendo cosas, que tal vez, uno decía y hacía, o, peor, algunas que pudieran agradar más que las propias.

A todos en algún momento nos han dejado, ya sea por alguien más, o simplemente porque todo se terminó. A quien no lo hayan dejado alguna vez en la vida, realmente no ha vivido, ja.

“Donde estés, entre lágrimas y risas, por olvidarme tendrás prisa y no podrás”. Ilusamente creemos que la persona que se fue está haciendo todo lo posible por olvidarnos, pero es más iluso pensar que nunca lo logrará, es más, tal vez ya nos olvidó.

“Con quien estés, aunque le demuestres lo contrario y le ames a diario, me recordarás”. No puedo entender por qué relacionamos el amor con un recuerdo. Pensamos, tontamente, que el simple hecho de que la otra persona evoque nuestro ser en su memoria, consciente o inconscientemente, es sinónimo de amor a nosotros.

“Donde estés, si alguien te pregunta por el pasado, negarás que tú me has dado algo de ti”. Esto es parcialmente cierto, pues, aunque lo que no fue en tu año, no es tu daño, tampoco hay necesidad de que la pareja actual se entere del cómo, cuándo y dónde de nuestros queveres pasados, así que obviamente se omitirán detalles, pero de ninguna manera eso significa que haya amor hacia nosotros; pero ese hombre o mujer, que apenas te va conociendo, asume que en algún lado (y sobretodo con alguien) aprendiste esa forma de besar, esa manera de tocar y que ese estilo de hacer el amor no naciste sabiéndolo.

“Con quien estés, si nos vemos algún día, evitarás la mirada mía y buscarás la de él”. Qué de cosas nos pasan por la cabeza cuando creamos fantasías de que a la vuelta de la esquina nos toparemos “casualmente”, tú del brazo de tu nuevo amor o uno de la mano de alguien más. Inmediatamente, en nuestro sueño guajiro, bajas la mirada en señal de que perdiste porque la persona con quien estás no está a la altura de uno y quisieras dejarlo ahí para rogar te acepte de nuevo. O te irás con la cabeza gacha, admitiendo tu derrota, sin el valor de dejar a esa persona “poca cosa” que te acompaña.

El día de mi cumpleaños canté esta canción y lo hice a todo pulmón. Las personas que me acompañaron son testigos de ello, pero no testigos mudos, pues la cantamos al unísono. Un coro de cerca de 20 personas que nos sabíamos a la perfección la letra, cada una interpretándola a su manera y con su particular historia detrás de ella. No puedo saber cuál es la historia de cada uno de ellos, pero sé perfectamente la mía. Y también sé perfectamente que no la canté con frustración, ni con rabia, mucho menos con dolor. La canté por el gusto de cantar una canción que me agrada desde hace años.

No puedo negar que me quedé frustrado por no poder hacer que permanecieras conmigo, ni que sentí un dolor inmenso al perderte y mucho menos negaré que hubo una rabia incontrolable dentro de mí pensando en que a alguien más le dirías las mismas cosas que me dijiste a mí algún día, que le darías los mismos besos de esos labios que me encantaban, que recorrerías otro cuerpo con tus manos tal como hiciste con el mío tantas veces, que dejarías que otra persona tocara tu piel de una manera que no podría saber si era mejor a la mía, que te haría estremecer con una caricia y hacerte cerrar los ojos, ladear tu cabeza hacia tu hombro y sonreír tal como hacías conmigo. La rabia iba en aumento a cada cosa que pensaba que me estaba yo perdiendo y otro más ganando, bien dicen que las oportunidades no se pierden, otro es quien la aprovecha. Y el coraje iba en aumento cuando recordaba las palabras que mencionaste una ocasión, después de terminar exhaustos una sesión de s*xo en donde tú tuviste no sé cuantos orgasmos y a mí me dejaste apenas con fuerza para respirar: “en la cama, no te puedo decir que no a nada”, pues en todo esto que he escrito desde la primer página no hubo nada que hiciera yo a la fuerza o sin tu consentimiento, y no digo que no hubo reticencia de tu parte a ciertas cosas, simplemente que para cada una de ellas encontré las palabras adecuadas para mostrarte que conmigo no tenías por qué temer, para darte la confianza de que todo lo que se fantasea es posible y que los tabúes no eran mas que obstáculos que te impedían disfrutar tu s*xual a plenitud.

Aún recuerdo esa ocasión en que por vez primera lo hicimos en el coche. Cuando te platiqué lo que deseaba hacer, no dijiste que no, pero tampoco aceptaste. Hice un trabajo arduo como labor de convencimiento, desde buscar que imaginaras la adrenalina correr por tu cuerpo, hasta tranquilizarte diciendo que tenía el lugar perfecto donde nadie podría vernos, pues estaba algo recóndito. Y realmente lo tenía, lo conocí cuando fui a revisar un terreno para la construcción de un club, era un camino de terracería con nada más a los lados que pastizales altos donde podíamos ocultarnos de las miradas de quienes pasaran, si tuviéramos muy mala suerte, por la brecha. Para mi infortunio, no contaba con que en pocos años eso había cambiado bastante, pues aunque el camino continuaba como antes, ya existían algunas construcciones y otros caminos por donde podían pasar más personas. Seguramente notaste mi desconcierto porque me dijiste:

- No encuentras dónde?

- No es eso, sino que ya no está como antes.

Y pues deseando que me dijeras lo contrario, te comenté:

- Si quieres, abortamos la misión. Ja.

- No es necesario, yo sí tengo ganas, solo busca un buen lugar.

Y eso hice.

Finalmente encontré una brecha que parecía abandonada, pues estaba bastante descuidada, no como otras donde se notaba que había tráfico frecuente de personas y autos. No pudimos estacionarnos dentro del pastizal porque estaba bordeado por una zanja que habría hecho que el coche quedara atascado, así que me estacioné a la vera del camino. Pude percibir que, a pesar de la soledad del paraje, estabas bastante nerviosa, pero a la vez excitada por la nueva experiencia que estabas por vivir. Dejé encendido el radio y tú tapaste las luces que emite con un suéter que llevabas puesto, me reí porque sabía que temblabas. Te pedí que hicieras lo más atrás tu asiento para poder acomodarme contigo, en cuanto lo hiciste, me puse delante de ti para besarte mientras te iba tocando poco a poco por encima de tus ropas. No recuerdo la blusa que llevabas, pero aún siento en mis manos el tacto que percibía por tu pantalón de vestir en color negro con unas líneas blancas muy delgadas y que me encantaba porque me dejaba notar la perfecta redondez de tus nalgas. Ya habíamos acordado que por cualquier emergencia, yo no me quitaría el pantalón, solo la camisa y eso hiciste, quitármela, mientras besabas mi torso hasta los costados y te detenías en esa parte de mí que tanto sabías estimularme para ponerme a punto. Desabrochaste mi cinturón y bajaste el cierre, dejando salir casi de un golpe mi virilidad, no lo pensaste un instante y la metiste a tu boca mientras yo la iba guiando con mi mano tan profundamente como me permitías y tan rápido o lento como se me antojaba. Era muy rica la sensación de tu paladar en la punta, pero se mezclaba con la incomodidad de estar semi agachado por el toldo del carro y con la adrenalina de pensar que podrían vernos en cualquier momento. Recorrí el respaldo de tu asiento totalmente hacia atrás para que quedaras lo más horizontal posible, te ayudé a quitarte el pantalón y te pedí subieras tus piernas al tablero. Yo olvidé que no había sacado los condones del paquete, así que traté de hacerlo a toda prisa, por lo que dejé de mirar hacia fuera del carro. Estaba en eso cuando te escuché casi gritar:

- Acaban de pasar unas bicicletas.

- En serio? - Fue lo único que alcancé a preguntar.

- Sí, mira hacia atrás de ti.

Y así fue. Pasaron 3 personas en bicicletas que afortunadamente no se detuvieron a investigar que estábamos haciendo o curiosear, pero seguramente supieron a lo que íbamos. No pude evitar una sonora carcajada mezclada con un sonrojamiento de mi cara. Dentro de tu nerviosismo también te reíste y dijiste:

- Ya se fueron. Continuemos con lo nuestro.

Así que terminé de abrir el condón, me lo puse y cuando iba a p***, preferí mejor bajarme al piso del coche para quedar con mi cabeza a la altura del asiento (muy incómodo, por cierto) y comenzar a lamer tu entrepierna ayudándome con mis manos en cada muslo para sostenerme y esforzando mi lengua para con ella abrir tus labios dejándome al descubierto tu clítoris con el que me deleité tanto como me permitió la incómoda posición en la que estaba, mas el escucharte gemir y pedir más hizo que valiera la pena, pero definitivamente lo que más me gustó fue que ya cuando estaba a punto de quedarme con la quijada atrofiada, me tomaste con tus manos la cabeza, la levantaste a la altura de la tuya, me viste con una mirada que no había visto en ti antes y me besaste de una manera apasionada, hasta dejarme sin aliento, pues no alcancé ni a respirar… y con un tono imperativo que no había escuchado de ti, me ordenaste:

- Cógeme!!!

No es que me haya asustado, pues era algo que ya había escuchado de otras mujeres decirme, pero de ti no.

- Hazme tuya!!! Cógeme!!! Méteme tu v….!!! Cógeme!!!!!

Pero al verte y escucharte tan suplicante, tan necesitada de mí, en lugar de obedecerte al instante, lo que hice fue sonreír maliciosamente y colocar mi pe.ne en la entrada del paraíso que me ofrecías, tan lleno de fluidos tuyos o de mi propia saliva, no podía saberlo ya, y comencé a frotarlo contra ambos labios de arriba abajo en un vaivén constante, pero gradualmente intenso o suave, según se me antojara. A veces simulaba p***, solo la punta, y me quedaba observando tu expresión de satisfacción porque pensabas que finalmente me tendrías dentro tuyo, pero no… me salía para repetir la faena. Sonreí por tu desesperación, así como por la mirada que me lanzabas diciendo “maldito!!!, ya cógeme!!!” y de haberlo mencionado, te aseguro que te habría hecho sufrir más todavía, pero afortunadamente me tomaste por la nuca y me besaste con más fuerza que antes, mientras tu respiración era más bien un jadeo, quizá para sellar tus labios y no decirme palabra alguna que motivara a que lo siguiera haciendo, pues con ello aflojé mi cuerpo, excepto donde mi sangre estaba totalmente acumulada y me deslicé suavemente en tu interior ayudado por la fluidez que había provocado con tanta excitación en ti.

Al terminar, nos vestimos para irnos y no dijimos palabra alguna al respecto, pero cuando íbamos ya en camino de regreso, pasaron en sentido contrario los de las bicicletas, solo nos vimos el uno al otro y soltamos una carcajada que nunca se me va a olvidar. Nos dimos un beso y te llevé a tu casa.

Al día siguiente que pasé por ti para ir a trabajar, no pude evitar notar un dibujo muy curioso en el parabrisas del coche: una huella de pie muy bien formada y otra no tanto, pero distinguible, y aunque era el coche de la compañía, no borré el vestigio de aquella noche hasta que lo llevé a lavar, no sin dejarlo con cierta nostalgia.

Una ocasión, mientras peleábamos por algo y las cosas entre nosotros ya no estaban del todo bien, te pregunté con algo de rabia:

- Y las cosas que hicimos, las volverás a hacer con alguien más? - Refiriéndome a situaciones como la que acabo de relatar y otras.

- No. Definitivamente no habrá alguien que me logre llevar a aceptar hacer cosas como las que he hecho contigo.

No sé si lo dijiste sinceramente o solo con la intención de que dejara de molestarte con ese tema, pero a final de cuentas, ya no importa, pues como dije antes, canté “Donde estés, con quien estés” por el puro gusto de cantarla. Sin frustración, sin rabia y sobretodo… sin dolor.

Estoy en paz.

smile.gif

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

icon_sad.gif


PERFECTO OLI, CERRADO CON BROCHE DE ORO eusa_clap.gif


kiss.gif

Responder

MensajePublicado: Ago 13 2010    Título:

sad.gif

Gracias, chicas...

Muchas gracias...

sad.gif

Responder



Publicar una respuesta


Ir a página << Anterior  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9  Siguiente >>

<<Ver mensaje anterior
:: Ver mensaje siguiente>>

Sexualidad y Ero.tismo



Cambiar a: