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		     Señores: un servidor,
 
tutsi pop es la onda
 
cual la academia española
 
«Limpia, fija y da esplendor».
 
Pero yo lo hago mejor
 
y no por ganas de hablar
 
pues les voy a demostrar
 
que es preciso meter mano
 
al idioma castellano,
 
donde hay mucho que arreglar.
 
 
¿Me quieren decir por qué
 
en tamaño y esencia,
 
hay esa gran diferencia
 
entre un buque y un buqué?
 
¿Por el acento?. Pues yo,
 
por esa insignificancia,
 
no concibo la distancia
 
de presidio a presidió
 
ni de tomas a Tomás,
 
ni de topo al que topó
 
de un paleto a un paletó, 
 
ni de colas a Colás.
 
 
Mas dejemos el acento,
 
que convierte como ves,
 
las ingles en inglés,
 
y pasemos a otro cuento.
 
 
¿A ustedes no les asombra
 
que diciendo rico y rica,
 
majo y maja, chico y chica,
 
no digamos hombre y hombra?
 
Y la frase tan oída
 
del marido y la mujer,
 
¿Por qué no tiene que ser
 
el marido y la marida?
 
Por eso, no encuentro mal
 
si alguna dice cuala,
 
como decimos Pascuala,
 
femenino de Pascual.
 
 
El s*xo a hablar nos obliga
 
a cada cual como digo:
 
si es hombre, me voy contigo;
 
si es mujer, me voy contiga.
 
 
¿Puede darse en general,
 
al pasar de masculino
 
a su nombre femenino
 
nada más irracional?
 
La hembra del cazo es caza,
 
la del velo es una vela,
 
la del suelo es una suela
 
y la del plazo, una plaza;
 
la del correo, correa;
 
la del mus, musa; del can, cana;
 
del mes, mesa; del pan, pana
 
y del jaleo, jalea.
 
 
¿Por qué llamamos tortero
 
al que elabora una torta
 
y al sastre, que ternos corta,
 
no le llamamos ternero?
 
¿Por qué, las Josefas son
 
por Pepitas conocidas,
 
como si fuesen salidas
 
de las tripas de un melón?
 
¿Por qué, el de Cuenca no es un cuenco,
 
bodoque el que va de boda,
 
y a los que los árboles podan
 
no se les llama podencos?
 
 
Cometa está mal escrito
 
y es nombre que no me peta;
 
¿Hay en el cielo cometa
 
que cometa algún delito?
 
¿Y no habrá quien no conciba
 
que llamarle firmamento
 
al cielo, es un esperpento?
 
¿Quién va a firmar allá arriba?
 
¿Es posible que persona
 
alguna acepte el criterio
 
de que llamen monasterio
 
donde no hay ninguna mona?
 
¿Y no es tremenda gansada
 
en los teatros, que sea
 
denominada «platea»
 
donde no platea nada?
 
 
Si el que bebe es bebedor
 
y el sitio es bebedero,
 
a lo que hoy es comedor
 
hay que llamarle comedero.
 
Comedor será quien coma,
 
como bebedor quien bebe;
 
de esta manera se debe
 
modificar el idioma.
 
 
¿A vuestro oído no admira,
 
lo mismo que yo lo admiro
 
que quien descerraja un tiro,
 
dispara, pero no tira?
 
Este verbo y otros mil
 
en nuestro idioma son barro;
 
tira, el que tira de un carro,
 
no el que dispara un fusil.
 
De largo sacan largueza
 
en lugar de larguedad,
 
y de corto, cortedad
 
en vez de sacar corteza.
 
De igual manera me aquejo
 
de ver que un libro es un tomo;
 
será tomo, si lo tomo,
 
y si no lo tomo, un dejo.
 
 
Si se le llama mirón
 
al que está mirando mucho,
 
cuando mucho ladre un chucho
 
se llamara ladrón.
 
Porque la silaba «on»
 
indica aumento, y extraño
 
que a un ramo de gran tamaño
 
no se le llame Ramón.
 
 
Y, por la misma razón,
 
si los que estáis escuchando
 
un gran rato estáis pasando,
 
estáis pasando un ratón.
 
Y sobra para quedar 
 
convencido el más profano,
 
que el idioma castellano 
 
tiene mucho que arreglar.
 
 
Conque basta ya de historias,
 
y, si al terminar me dais
 
dos palmadas no temáis
 
porque os llame palmatorias. 
		  
		  
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