creo que la trascendencia existe en varios niveles, y la combinación de ellos es lo que le da sentido a la vida
por una parte trascendemos para nosotros mismos, y la vida cobra sentido en la medida en que podemos realizarnos, desarrollarnos y encontrar la satisfacción de nuestras necesidades y gustos
aquí vale la pena refelxionar si estamos viviendo para nosotros o estamos dejando transcurrir la vida sin atraparla
por otra, está el factor entorno, en el que trascendemos en la medida en que influimos y ocupamos un lugar en el engranaje familiar/social en el que nos desarrollamos, lo cual se da con el intercambio constante de conocimientos, experiencias, ideas, afecto, gestos y actos
en este punto hay que pensar en lo que estamos dejando en los demás, nuestra influencia y nuestra presencia a través de nuestro trabajo, ideas, obra y recuerdos, y si esto corresponde con lo que queremos y concebimos de nuestra trascendencia personal
luego está la trascendencia social distal, que es cómo trascendemos en nuestra sociedad, a través del impulso de obras, acciones o desarrollo de proyectos que beneficien a los que no conocemos pero que son parte de nuestro entorno: obras de caridad, impulso social, cultura, defensa de derechos, etc
por supuesto que este aspecto es mucho más difícil de lograr porque requiere tiempo, dinero y esfuerzo, además de que no siempre existen las condiciones para que alguien con una buena idea la desarrollo
y finalmente está la trascendencia excepcional, que la logran aquellos que tienen facultades y atributos, para lograr una trascendencia que va más allá del tiempo y espacio, y que es la única que se mide y valora por el reconocimiento público: Steve Jobs, Bill Gates, Gandhi, Nietzche, Verdi, Verne, Da Vinci, etc, personajes que en su área, dejan un legado que supera el límite de lo íntimo, pasando a la inmortalidad (léase la novela del mismo título de Milán Kundera)
yo creo que el problema es que todos aspiramos a esa trascendencia excepcional, y ante la imposibilidad de lograrla, nos inventamos una inmortalidad que siendo menos plausible, pues no deriva de nuestras aptitudes excepcionales, la recubrimos de más gloria (ser virtuoso, ser abnegado, ser bueno), para acenosla más aceptable
creo que la trascendencia a la que debemos aspirar está principalmente en los dos primeros niveles que comenté, cuando es posible, en el tercero, lo malo es que para lograrlo necesitamos hacerlo por convicción, y que el reconocimiento público no es parte de ello, y no hay nada que desagrade más, que la falta de reconocimiento
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