Evaristo venía de sinaloa a guadalajara por cuestiones de negocios. La presentación no se hizó esperar. Me agradó, era un hombre bastante atractivo e interesante. La amistad que surgió fue hermosa. Un café, un paseo, lo acompañe a realizar unas compras, etc. Estuvo bastante ocupado, pero pocos días antes de regresar, me pidió vernos, así que acudí a la cita. Me saludo tan gentíl como siempre, me ofreció un café y me invitó a cenar. Cuando salímos del lugar hacia mucho frío y él se quitó su chamarra y la puso en mis hombros, era tarde, así que debía volver a casa. Nos detuvimos en una calle sin séntido para despedirnos. Me miró con sus ojos tan brillantes, al mismo tiempo que decía: "Quedate a dormir conmigo, no te vayas. Quiero que hagas el amor conmigo, quiero que hagamos el amor, ven conmigo." Sinceramente me pareció una petición bastante atrevida, pero a su vez galante. Sonreí mirandolé a los ojos: "Es tarde, debo volver a mí casa. La ciudad no es como antes, es peligrosa." Él se acercó a mí rostro y beso mis labios con ternura, con delicadeza, jamás había experimentado algo así. Me sentí embriagada, fascinada por ese hombre que aún cuando aparentaba ser tan duro, me había dado en un momento toda la ternura del mundo. Me conmoví, agache la mirada porque iba a llorar de felicidad, pero me contuve. Cuando alzé la vista, él me estendió su mano. Sonríendo la tomé entre la mía, y caminamos riéndo en la oscuridad. Llegamos a la casa en la que se estaba quedando. Mientras él hacía llamadas por su celúlar, me bañe, desenrede mi cabello, me pusé un poco de perfume y salí envuelta en una toalla. El sonrío con ternura al verme, apago el celúlar y entro a bañarse también. Estabamos frente a frente, solo cubierto por una toalla suave. "Quiero que sepas que no tengo ningún metódo anticonceptivo". Se acercó a mí sonriéndo, mirandomé de la misma forma, con esa ternura. "No te preocupes, todo estará bien" respondío mientras me besaba de la misma manera. Evaristo, es el hombre más maravilloso con quien he hecho el amor. Fue una experiencia maravillosa. Me hiso el amor toda la noche, hasta el amanecer. No deje de fundirme en su cuerpo, un solo minuto. Al terminar, él me abrazo con mucha ternura, diciéndome a su vez, todo lo que le parecía bello de mí. Él se durmió primero, yo unos minutos después. Me sentía plena, ningún hombre hasta ahora me ha hecho sentir como él.
Ultima edición por Martha. el Jul 11 2016, editado 1 vez
Responder
|