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Estos son los pecados contra el sexto Mandamiento, y en esta lista no están ni la eyaculación "nocturna" ni los sueños eróticos:
- mastur*ón: Autosatisfacción
- Fornicación: Acto s*xual entre solteros s*xual; se agrava por el hecho de vivir ordinariamente en el mismo lugar, en cuyo caso se llama AMASIATO
- Adulterio: acto s*xual entre un casado con una soltera o entre dos casados pero que no son esposos entre si, en cuyo caso se comete doble Adulterio
- Onanismo: Terminar el acto s*xual fuera de la mujer
- Sodomía: Acto s*xual entre más de dos personas, incluyendo s*xual y s*xual
- La Violación
- por. no.grafía
- Exhibicionismo
- Incesto: Acto s*xual entre hermanos o medios hermanos (entre primos si se permite con la aprobación de un médico y de un Sacerdote, sin dicha aprobación sería incesto), también se puede dar entre padres e hijos, y en este caso se agrava por el adultero, si los padres están casados
- Bestialidad: Acto s*xual entre humanos y animales
- prosti*ón: Combinación de fornicación y adulterio, agravado por la multiplicidad de los actos y por el cobro de una suma económica
- s*xual CONSUMADA: Con mayúsculas Consumada para que no se piense que por el hecho de ser s*xual se ofende a Dios, sino que se le ofende siempre y cuando se Consume el Acto s*xual, y se agrava por el hecho de vivir ordinariamente en el mismo lugar. Por eso es importante señalar que se puede convivir con cualquier s*xual, siempre que no se tenga s*xo con él o ella, y los besos y las caricias son parte del s*xo.
- Relaciones sádico-masoquistas y cualquier relación que no sea natural y mentalmente sana
- Fecundación in vitro
- Préstamo de úteros
- Uso de anticonceptivos, dentro y fuera del Matrimonio
- s*xo . y/o a. nal, dentro y fuera del Matrimonio
- Cualquiera de los anteriores, si se combina con otro, agrava el pecado
Cualquiera de los casos anteriores se agrava con el uso de anticonceptivos.
Es importante señalar que hacen falta los pecados contra el noveno Mandamiento, que son de impureza también, y que existen pecados de pensamiento, palabra, deseo, obra y omisión.
Por último debes saber que los Mandamientos los imprime Dios en nuestros corazones desde el momento en que somos concebidos, para que no pongas ese pretexto:
El Libro del Deuteronomio (30, 10-14) nos dice:
“Escucha la voz de Yahveh tu Dios guardando sus mandamientos y sus preceptos, lo que está escrito en el libro de esta Ley, conviértete a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
Los mandamientos que yo te prescribo hoy no son superiores a tus fuerzas, ni están fuera de tu alcance. No están en el cielo, para que hayas de decir: « ¿Quién subirá por nosotros al cielo a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en práctica? » Ni están al otro lado del mar, para que hayas de decir: « ¿Quién irá por nosotros al otro lado del mar a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en práctica? »
Sino que la palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica.”
Los mandamientos los pone Dios en nuestra conciencia desde que somos concebidos. Después, cuando crecemos hacemos como que nos cambiamos de religión o como que nos volvemos ateos por “conveniencia” (porque creemos que nos conviene) o por comodidad, ya que nos estorban los reclamos de la conciencia cuando queremos hacer cosas inmorales; pero ese cambio es solo superficial, lo único que realmente hacemos cuando creemos que ya no somos católicos es un teatro para zafarnos de nuestros compromisos y responsabilidades morales, y creemos que con eso ya no tenemos esas obligaciones, y ese cambio ficticio por supuesto que no afecta nuestra esencia ni nuestra conciencia, solamente “anestesia” a la conciencia y el supuesto cambio únicamente ocurre subjetivamente: aun cuando nos vayamos al infierno, ahí mismo seguimos siendo católicos e hijos de Dios.
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