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"Dos gardenias para ti
Que tendrán todo el calor de un beso
De esos besos que te di
Y que jamás te encontrarán
En el calor de otro querer
Pero si un atardecer
Las gardenias de mi amor se mueren
Es porque han adivinado
Que tu amor me ha traicionado
Porque existe otro querer"
Una vez escuché "Yo no elegí está vida ella me eligió a mí" siempre he pensado que somos el arquitecto de nuestro propio destino.
Hace algunos años me enamoré de la persona equivocada.
Lo amé profundamente. Puedo decir que fue de los últimos hombres que amé. Lamentablemente dentro de mí sabía que algo no andaba bien. Así que un buen día caí de sorpresa.
Cuando llegue a su casa, su mamá me miró sorprendida. Andrés llevaba días distante, parecía que no soportaba más el silencio. Un silencio que hacía más ruido que un tren y no quería seguirlo escuchando toda mi vida.
_Hola¡ Bienvenida¡ Cómo estás? Me preguntó doña Carmen.
_Bien gracias y usted.
_Bien, aquí pasándola. Andrés no está. Sabe que ibas a venir?
_No.
Hubo un silencio corto cargado de tensión. Tomé mi celular y marqué su número.
_Hola
_Hola
_Donde estás?
_En mi casa
_Yo estoy en tu casa
_Ah... Vaya.
_Quiero hablar contigo.
_Somos dos
_Entonces.
_Ven
_A dónde?
Andrés me dió un domicilio y colgué. Me despedí de su mamá y fuí hasta donde él.
Andrés... Estaba metido en una casa, había algunos hombres ahí y unas cuantas mujeres. Todo era evidente. Me mintió y no. Yo quise créer lo que él me decía. Vivía un romance fallido.
_Esta es mi vida, Martha. Sabe de una vez.
_Ya lo sabía. Sólo quería verlo por mí misma.
_No es tan malo cómo tú piensas.
Sonreí con tristeza.
_Tu eres muy inteligente. Eres lista cómo tú sola. Pareces hombre. Alguien cómo tú es lo que necesito. Te ofrezco cinco mil pesos a la semana y luego de un mes, viendo resultados que sé que lo harás. Serán diez mil a la semana. Te quiero y te voy a cuidar.
_Tenemos definiciones distintas del amor.
_Tu dirás.
_Mejor me voy. Fué bonito conocerte y estar contigo. Pero somos de mundos distintos.
_Como tú quieras. Después de esto no volveremos a vernos.
_Esta bien. Que así sea.
_Que así sea.
Me levanté y me dirigí a la puerta, mientras unos hombres me abrían.
_Martha. Sí algún día estás en problemas, o alguien se atreve a hacerte daño, búscame. Lo haré pedacitos.
_Lo sé. Gracias.
_Gracias a tí. Eres una buena mujer.
_Te amo, Andrés. Recuérdalo.
Salí del lugar y jamás miré atrás. Ni siquiera me he detenido a pensar alguna vez, cómo hubiera sido mi vida. No quiero saberlo. El precio era muy alto y como una vez leí "Esté es el precio que pagas por la vida que eliges".
Sé que aún vive, pero nunca jamás volví a verlo.
La vida es una historia tan maravillosa, tan dulce, tan agria, cómo tú la elijas.
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