Escuché acerca de una mujer que todas las noches al llevar a su pequeño hijo a dormir, le decía cuánto lo amaba, lo importante que era para ella, algo más o menos así: te amo, te quiero mucho, tú eres muy importante, tú eres muy valioso, tú eres un niño magnífico, extraordinario, etc.
Esto se repetía noche tras noche. Cierto día la joven llegó a casa tan apurada que todo lo hizo a prisa y se fué a dormir inmediatamente.
El niño no podía dormir y fué a buscarla a su cama.
_ Mamá, se te olvidó decirme quién soy yo.
Responder
|