Me sentía cansada, había vivido mil vidas, y eso era agotador. Aún cuando sabía que me dirigía a la próxima estación, deseaba con todas mis fuerzas que está me fuera placentera y que mi estadía durará lo más posible.
Recuerdo que llegue por la noche. La casa era grande, al menos para mí. Tenía sala comedor, cocina, dos habitaciones, un baño y un patio enorme con terraza. El patio era lo que más me gustaba, había un árbol de níspero, uno de papaya, té de limón y algunas flores. El pozo era divino. Estaba enamorada.
Me gustaban los espacios, donde podía crear. Me fascinaba embellecer las casas, darles un toque especial. Mi toque.
Me encanta la casa que alquilé, el patio es enorme. En la tarde riego y barro todo el corral, se ve tan bonito. Después me siento en la terraza, el aire fresco me conforta. Aquí en éste maravilloso lugar, alejada de todo el bullicio.
Qué puedo decir? Aprendí que la vida no es perfecta, las cosas no son perfectas, ni las situaciones, ni mucho menos las personas. Pero si hay momentos perfectos, y por eso vale la pena vivir.
Disfrutaba mucho del pequeño pueblo en donde había venido a vivir. Paseaba por sus pequeñas calles, mientras las personas me veían con curiosidad, chisme o morbo, lo que sea. Efraím me escribía a diario, pidiéndome que regresará. Confieso que lloraba mucho cuando leía sus líneas. Efraím y yo habíamos hecho tantos planes, pero su vida estaba llena de excesos. Por supuesto que sabía que yo no era perfecta y cómo él tenía demasiados excesos también. Lamentablemente la infidelidad de Efraím me había pasado factura, no existe acto más ruin para mí que la infidelidad. Me considero monogama y pido lo mismo.
A veces recordaba a los hombres de mí vida. A cada uno de ellos, las razones por las que nos habíamos separado y a su vez me daba cuenta de que estaba en un punto donde el amor de un hombre ya no me interesaba. Estaba cansada de tanto drama, lo único que quería era mi tranquilidad, lograr la estabilidad conforme a mis capacidades. Que borderline es estable? La estabilidad, lo más parecido a ella era lo que buscaba con ahínco.
Me habían herido tanto, pero nadie había sido tan cruel y me había tratado tan mal en mi vida como yo misma.
Si, yo. Tenía muchas cosas que arreglar entre mí. Demasiadas. Pero estaba dispuesta a lograrlo.
