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Releamos 100 AÑOS DE SOLEDAD

MensajePublicado: Ene 06 2018    Título:
mudochi | | Invitado

¿Qué habrá querido decir García Márquez con el pasaje de Rebeca y los huesos?

En este libro se especula al respecto:


El legado de Macondo: Antología de ensayos críticos sobre Gabriel García Márquez
Escrito por Orlando Araújo Fontalvo


Se menciona incluso un pasaje del libro de la Cándida Eréndira del mismo autor, donde transportaban un baúl con "los restos de los Amadises".

Puede tener que ver con la lógica wayúu, dice el autor.

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MensajePublicado: Ene 07 2018    Título:
mudochi | | Invitado

Visitación decía que la niña presentaba síntomas de la peste del insomnio, enfermedad que provocaba además amnesia.

La amenaza de esa enfermedad "los había obligado, a ella y a su hermano, a desterrarse para siempre de un reino milenario en el cual eran príncipes".

Arcadio no le prestó mucha atención.


La enfermedad del sueño se apodera de Macondo.

Úrsula intenta erradicarla con sus conocimientos en herbolaria, pero lo único que se logra es que la gente sueñe despierta y pueda incluso ver los sueños de los demás.

La gente intentaba aburrirse para dormir, y para ello recurría a juegos insulsos como el del gallo capón, que consistía en repetir (fuese afirmativa, negativa o silenciosa la respuesta) la pregunta de si el otro quería que le contraran el cuento de ese gallo.

El pueblo quedó en cuarentena para evitar contagios a los visitantes.

Para contrarrestar el olvido, comenzaron a rotular animales y objetos.

"Muchos sucumbieron al hechizo de una realidad imaginaria, inventada por ellos mismos, que les resultaba menos práctica pero más reconfortante."

Pilar Ternera ideó usar las cartas no para mirar el futuro incierto, sino el pasado olvidado. José Arcadio Buendía comenzó a construir una máquina contra el olvido.

En esas estaba cuano llegó un misterioso visitante a Macondo, un anciano "cargado con una maleta ventruda amarrada con cuerdas y un carrito cubierto con trapos negros".


Era Melquíades, "desprovisto de toda facultad sobrenatural como castigo por su fidelidad a la vida". Dio a conocer la daguerrotipia, en aquel lugar no alcanzado por la muerte.

Por su parte, Aureliano crecía, y "todo el mundo se extrañaba de que fuera ya un hombre hecho y derecho y no se le hubiera conocido mujer".

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MensajePublicado: Ene 07 2018    Título:
mudochi | | Invitado

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MensajePublicado: Ene 07 2018    Título:
mudochi | | Invitado

Sobre el personaje Melquíades:

https://culturacolectiva.com/letras/melquiades-en-cien-anos-de-soledad-de-gabriel-garcia-marquez/

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MensajePublicado: Ene 08 2018    Título:
mudochi | | Invitado



Tumba de Melquíades en Aracataca, lugar de nacimiento de García Márquez / Foto: Stephen Woodman

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MensajePublicado: Ene 09 2018    Título:
mudochi | | Invitado

Llega al pueblo el anciano Francisco el Hombre, una especie de juglar. Se dice que él había vencido al Diablo en un duelo de canto.

Con él venían una enorme señora gorda y una joven mulata. Se hospedaron en la tienda de Catarino, quien vendía guarapo y "aprovechaba la ocasión para acercarse a los hombres y ponerles la mano donde no debía".

La matrona prosti*ía a su nieta para pagar una casa incendiada. Aureliano la contrató ("la mulata adolescente, con sus teticas de dog, estaba des.nuda en la cama") y quiso salvarla casándose con ella, pero se fueron antes del pueblo.

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MensajePublicado: Ene 09 2018    Título:
mudochi | | Invitado

Éste es el personaje en que García Márquez se inspiró:

http://www.elinformador.com.co/index.php/general/164-informe-especial/158766-el-dia-que-nacio-francisco-el-hombre

Cita:
Una de las historias que ha tenido mayor resonancia en el mundo vallenato es la de Francisco Antonio Moscote Guerra, ‘Francisco El Hombre’, quien nació el sábado 14 de abril de 1849, hace 168 años, en Tomarrazón, jurisdicción del municipio de Riohacha, La Guajira.

Existen varias versiones sobre la fecha de su nacimiento, pero coincidieron en la anotada, la periodista e investigadora Consuelo Araujonoguera, en un trabajo publicado en varias entregas en El Espectador (febrero 13, 14 y 16 de 1984) y también el escritor Arístides Ospino Márquez -‘Ariosmar’- en su libro ‘Francisco El Hombre y la derrota del diablo’.

Sobre la famosa historia Consuelo Araujonoguera escribió: “Una noche al regresar Francisco después de una parranda de varios días y al ir hacia su pueblo, para distraerse en la soledad de la noche, abrió el acordeón y, sobre su burro, como era usual en aquella época, empezó a interpretar sus melodías; de pronto, al terminar una pieza, surgió de inmediato el repertorio de otro acordeonero que desafiante trataba de superarlo; de inmediato Francisco marchó hacia él hasta tenerlo a la vista; su competidor, para sorpresa, era Satanás, quien al instante se sentó sobre las raíces de un árbol, abrió su acordeón, y con las notas que le brotaban hizo apagar la luna y todas las estrellas.

El mundo se sumergió en una oscuridad tal, que sólo los ojos de Satanás resplandecían como tizones. Sus notas eran las de un gran maestro; algunos dicen que de ese encuentro nació el canto del Amor - Amor, pues Francisco, dueño de grandes virtudes y poseído de mucha fe, lejos de acobardarse con la abrasadora oscuridad, abrió su acordeón e hizo sonar tan hermosa melodía y la magia de la misma devolvió la luz a la luna y a las estrellas, infligiendo mucho temor del demonio. Después clamó a Dios y entonó el credo al revés con la potencia de su voz, de tal suerte que el demonio, vencido, exhaló un terrible alarido y con su acordeón a rastras huyó hacia las montañas donde se perdió para siempre”.



Cita:

Gabo mencionó el folclor vallenato en buena parte de su obra; y en especial en su libro cumbre que se tradujo a más de 50 idiomas y se han vendido más 45 millones de copias. De esa manera de ‘Francisco El Hombre’ se supo hasta en la China.



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MensajePublicado: Ene 11 2018    Título:
mudochi | | Invitado

"El tiempo aplacó su propósito atolondrado, pero agravó su sentimiento de frustración. Se refugió en el trabajo. Se resignó a ser un hombre sin mujer toda la vida para ocultar la vergüenza de su inutilidad."

Las niñas iban creciendo. Úrsula comprendió que pronto se casarían y traerían prole. El espacio sería insuficiente, por lo cual decidió ampliar la casa, que surgía hermosa "en aquella incomodidad, respirando cal viva y melaza de alquitrán".

A Úrsula le llegó una orden de pintar la fachada de azul, no de blanco como querían. La orden provenía de un tal corregidor.

Aureliano Buendía riñó al corregidor, don Apolinar Moscote, "un hombre maduro, tímido, de complexión sanguínea": "no necesitamos ningún corregidor porque aquí no hay nada que corregir".


Don Apolinar le advirtió a Buendía que iba armado. Éste lo alzó en vilo, tomándolo de las solapas.

El corregidor regresó con tropa: seis soldados descalzos, con escopeta. El pueblo quería sublevarse.

Pero el funcionario traía consigo esposa e hijas, y por respeto a ellas, Buendía hizo las paces con él. Le puso como requisitos para su permanencia que cada quien pintara su casa del color que quisiera y que los soldados se retiraran.

Le presentó a sus hijas Amparo, de 16 años, y Remedios, de nueve. Esta última causó impresión en Buendía.

Con esto termina García Márquez la parte III de su obra e inicia la parte IV.

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MensajePublicado: Ene 11 2018    Título:
Vigoratus | | Invitado

Cita:
Don Apolinar le advirtió a Buendía que iba armado. Éste lo alzó en vilo, tomándolo de las solapas.


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MensajePublicado: Ene 11 2018    Título:
mudochi | | Invitado

APOLINAR MOSCOTE

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MensajePublicado: Ene 12 2018    Título:
mudochi | | Invitado

La casa nueva sería estrenada con un baile. Para ello hicieron traer una pianola. El encargado de su instalación era Pietro Crespi, un refinado italiano que enseñó a bailar a las chicas, bajo la mirada vigilante de Úrsula.

Vestía pantalones ajustados y calzaba zapatillas de baile. "No tienes por qué preocuparte tanto, le decía José Arcadio Buendía a su mujer. Este hombre es un marica".

José Arcadio abandonó su búsqueda de la existencia de Dios. Al baile asistieron incluso los descendientes de los fundadores de Macondo. El aparato musical se descompuso a la hora del baile, pero lo medio repararon.

"Golpeando contra las cuerdas puestas sin orden ni concierto y templadas con temeridad, los martinetes se desquiciaron. Pero los porfiados descendientes de los veintiún intrépidos que desentrañaron la tierra buscando el mar por el Occidente, eludieron los escollos del trastrueque melódico, y el baile se prolongó hasta el amanecer."

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MensajePublicado: Ene 12 2018    Título:
mudochi | | Invitado

PIETRO CRESPI

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MensajePublicado: Ene 12 2018    Título:
Yavanna | Mensajes: 3223 | Usuario Diamante Usuario Diamante

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MensajePublicado: Ene 13 2018    Título:
Vigoratus | | Invitado

Cita:
Vestía pantalones ajustados y calzaba zapatillas de baile. "No tienes por qué preocuparte tanto, le decía José Arcadio Buendía a su mujer. Este hombre es un marica".


¿Sería homofobo, don Gabo?

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MensajePublicado: Ene 13 2018    Título:
mudochi | | Invitado

https://www.shmoop.com/cien-anos-de-soledad/pietro-crespi.html

Cita:
Pietro es un técnico de pianola extremadamente tímido que se convierte en el centro de un triángulo amoroso y en la causa de la rivalidad eterna entre Rebeca y Amaranta. Tras perderlas a ambas, se suicida.
¿Estamos en el libro correcto?

¿No parece como si Pietro Crespi perteneciera a una novela completamente distinta que el resto de los personajes? Por un lado, se comporta como el típico caballero de la vieja escuela: es callado, modesto, casto, educado y va bien vestido. Parece escapado de una novela de Jane Austen. Se podría comparar con Charles Bingley, personaje de Orgullo y Prejuicio.

Por otro lado, Crespi también podría ser descrito como el héroe romántico por excelencia. Cuando se enamora, lo hace profundamente. Se le ocurren ideas descabelladas para llamar la atención de las mujeres de su vida. Por último, cuando todos sus recursos fallan, no es capaz de soportarlo y se quita la vida. Este es, en esencia, el modelo romántico de la obra de Goethe Las desventuras del joven Werther. De modo que en esta novela, Pietro no pega ni con cola. Es como volver a un tipo de civilización que parece haber ignorado el histrionismo de este alocado pueblo.


https://www.elheraldo.co/cultura/pietro-crespi-191935

Cita:


Uno podría decir que Cien años de soledad es una novela que se elabora a partir de los forasteros que van llegando a Macondo, desde el mismo momento en que a ese espacio virgen y selvático arriban José Arcadio Buendía con otras familias que se constituyen en los fundadores.

A partir de allí, cada vez que aparezca un extraño, Macondo va a sufrir importantes cambios en su vida social, económica y cultural.

Ese es el caso de Pietro Crespi, el músico y comerciante italiano que llega a Macondo para enseñar el manejo y funcionamiento de la pianola recién comprada, además de impartir unas clases de baile a las dos señoritas (Amaranta y Rebeca), cuando Úrsula decide convertir la casa en una especie de ámbito social en que se pueda recibir las visitas, sobre todo de los posibles pretendientes.

Como se sabe, Pietro Crespi va a ser la manzana de la discordia entre Rebeca y Amaranta. El hombre, enamorado de Rebeca, decide instalarse en el pueblo, encendiendo igualmente el amor en Amaranta. También, con Pietro Crespi llegará su hermano Bruno, quien instala un teatro en el pueblo y funda una escuela.

El matrimonio de Rebeca y Pietro Crespi se fue posponiendo debido a una larga cadena de pretextos y contratiempos urdidos en la sombra por la resentida Amaranta, hasta cuando regresa a la casa, con el cuerpo tatuado, José Arcadio, el gigante trotamundos que se había ido con los gitanos. Sin muchos preámbulos, Rebeca se casa con José Arcadio y Pietro cae en una depresión suicida, que lo lleva a proponerle matrimonio a Amaranta.

Esta lo rechaza y el hombre se suicida. “Pietro Crespi le quitó del regazo la canastilla de bordar y le apretó la mano entre las suyas. —No soporto más esta espera —le dijo—. Nos casamos el mes entrante. Amaranta no tembló al contacto de sus manos de hielo. Retiró la suya, como un animalito escurridizo, y volvió a su labor. —No seas ingenuo, Crespi —sonrió—, ni muerta me casaré contigo”.

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