Yo también hecho de menos, sus caricias, la ternura de su labios, el acariciar apasionado, el regocijo en la cama, esa voz tan deliciosa como el cántico del jilguero.
Ahora la pobre está desdentada, sin ganas de carias ni nada, sus manos se han encallado, su sonrisa está manchita y la voz mas ronca que la de un borracho.. pero aquí la tengo a mi lado, con la misma pasión de siempre.
pu.tas wey.