¿QUÉ puede ser peor que un fracaso? Un triunfo imaginario. Después de todo, cuando uno fracasa en algún proyecto, puede tratar de reducir las consecuencias. O si no es posible, por lo menos aprender de la experiencia y esforzarse más en el siguiente intento.
En cambio, un triunfo imaginario puede hacernos creer que vamos por buen camino, cuando en realidad nos estamos perdiendo. Y si nos damos cuenta del error, tal vez sea demasiado tarde para corregirlo.
Veamos un ejemplo. En una ocasión, Jesucristo preguntó: “¿De qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo, pero lo paga con perder su [vida]?” (Mateo 16:26). Esta pregunta de seguro nos recuerda a las personas que piensan que para triunfar hay que dedicarse a hacer dinero y conseguir posesiones. Pero no hay peor engaño que ese. “Quien solo vive pensando en ascender, en ganar más dinero o en comprar más cosas no tiene tiempo para alimentar su espíritu —asegura Tom Denham, orientador profesional—. A la larga, medir el éxito personal por el dinero que se tiene nos deja un enorme vacío.”
CONTINUA EN ENLACE BAJO:
https://www.jw.org/es/publicaciones/revistas/g201410/triunfo-real-o-triunfo-imaginario/
[img][/img]
Responder
|