El acto discriminatorio más grande de México es la abismal diferencia entre los sueldazos de los políticos y los sueldos de la inmensa mayoría de los mexicanos. Y nadie se preocupa por remediarla. A los ho.mo.se.xuales prácticamente nadie los discrimina y todos los defienden.
Para trabajar en cualquier ayuntamiento o en el gobierno en general debes tener parientes que trabajen ahí, si no, no puedes trabajar. Eso también es discriminación.