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José M. Murià
JUN
24
2016
Replicando y en la procesión
Por José M. Murià jm(0)pgc-sa.com
El patético IJAH
En defensa del maestro Parres Arias
El próximo 17 de julio se cumplirá un año que el Congreso del Estado aprobó la desaparición del Instituto Jalisciense de Antropología e Historia (IJAH).
No es cierto, como lo aseguran ahora algunos que medraban de él, que el argumento principal haya sido ahorrar dinero. Se llegó a tal conclusión después de estudiar cuidadosamente el asunto, revisar la cuestión legal y, sobre todo, analizar el trabajo realizado por dicha institución durante los últimos quince años: prácticamente nada.
Con plena justicia se concluyó que lo poco o mucho que el gobierno aportaba era un despilfarro. Creo yo que vale la pena felicitarnos por la decisión, siendo que pocas veces se toman medidas valientes como ésta, a pesar de que a todas luces resultan atinadas.
El IJAH se fundó en tiempos del gobernador Yáñez para hacer las veces en Jalisco del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de mucho sirvió, mientras estuvo dirigido por José Parres Arias, a pesar de que tenía colaboradores verdaderamente pillastres y autores de una que otra extorsión.
Pero en 1973, siendo Parres rector de la Universidad y en otras manos el IJAH, el propio Instituto Nacional abrió una oficina en Jalisco uno de los seis primeros llamados Centros Regionales y prefirió desligarse del citado porque ya daba muestras de inutilidad. Sobrevivió porque la Universidad le tiró un pial presupuestal pero careciendo ya de las atribuciones legales que les concedía la Federación.
Con el tiempo, la Casa de Estudios también cayó en la cuenta de la molicie del IJAH, además de una buena dosis de corrupción, y levantó la canasta, pero entonces llegó otro salvavidas: el gobierno del Estado. Finalmente se les acabó el chayote gracias a un acto gubernamental justo y valiente, que ha permitido destinar ese dinero a cuestiones en verdad útiles.
Podría ser un buen precedente para que instituciones inútiles que medran del erario pusieran sus barbas a remojar.
Ahora van anunciando trabajos que nunca se han hecho y hablando de actividades de las que nadie se da cuenta, y han dado pía a que aproveche de ellos algún medio de comunicación para “echarle tierra al gobierno”.
Ojalá de verdad se pusieran a trabajar. Cuando esto sucede los recursos tarde o temprano se pueden conseguir y, de ser cierto lo que prometen, podría convertirse en una institución seria y útil a la sociedad, y no una rémora como lo fue durante los últimos 45 años de su vida.
Lamentablemente no se le ven zancas a los jinetes, especialmente a quien ahora galopa delante de ellos, nombrado nadie sabe por quién y perpetuado nadie sabe por qué.
Tal vez sería mejor que, en vez de andar ofreciendo una imagen patética, bajara la cortina y se dedicara a otra cosa. También resulta válido el precepto de que mucho ayuda el que no estorba.
Junio 24 2016 Por: José M. Murià
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...me ocorde de giordano bruno de la nola...
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