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Olvidate de los estrogenos

MensajePublicado: Abr 03 2015    Título: Olvidate de los estrogenos
SkyTreker | | Invitado

Cuando le manifiesto mi afecto a mis AMIGOS (hombres) lo hago bruscamente, es decir, estrujandolos, golpeándolos, diciéndoles palabrotas, etc...
Y, si algunas mujeres me ven, se asustan y me regañan y me reclaman diciéndome: "estas mal de la cabeza..."?
Y yo les respndo: "no, no lo estoy, si estuviera mal de la cabeza, yo besaria y acariciaria a mis amigos". Precisamente por ser hombre yo y ellos también nos manifestamos el cariño de esa forma. Si fueramos s*xual nos besaríamos y nos acariciaríamos...

Las mujeres piensan con los estrogenos. Son muy cariñosas, románticas, delicadas, y hasta cursis.
Si quieres saber como piensa Dios, Olvidate de los estrogenos...

Esa es una razon por la que no pueden haber sacerdotas.


Ultima edición por SkyTreker el Abr 04 2015, editado 1 vez

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MensajePublicado: Abr 04 2015    Título:
SkyTreker | | Invitado

Acuerdate que Dios no tiene estrógenos, ni testosterona... Para que no te sientas mal mujer. No es delicado, pero tampoco brusco.

Ultima edición por SkyTreker el Abr 04 2015, editado 1 vez

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MensajePublicado: Abr 04 2015    Título:
SkyTreker | | Invitado

Las Mujeres y el Sacerdocio
¿Por qué las Mujeres no pueden ser Sacerdotes?

Para empezar todos los bautizados en la Fe Católica somos sacerdotes, profetas y reyes, aunque nuestro sacerdocio es común, no ministerial, como el de los Sacerdotes que reciben ese Sacramento – los que se ordenan en los seminarios –. Incluso las Mujeres que se bautizan en la Fe Católica son sacerdotes comunes; un sacerdote es una persona que ofrece sacrificios a Dios, y en ese sentido todos podemos –y debemos– ofrecer sacrificios a Dos, de hecho podemos –y debemos– hacer de nuestra vida una oblación a Él: podemos –y debemos– (perdón por la insistencia) ofrecer nuestro trabajo, nuestros pensamientos, nuestros deseos, nuestros sufrimientos, cansancios, contrariedades, penas y dolores, nuestras palabras y afectos, nuestras enfermedades, miserias, defectos, limitaciones, etc., etc.. Y como Profetas tenemos el deber de anunciar el Evangelio de Jesucristo y de Denunciar lo que está mal en el Mundo; así mismo como Reyes debemos servir a Dios, a su Iglesia, a nuestra familia, a nuestra Sociedad y a la Humanidad entera.

Así mismo, cuando un Sacerdote MINISTERIAL pronuncia las Palabras de la Consagración en La Misa: "Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman; esto es mi cuerpo.» Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: «Beban todos de ella: Ésto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por muchos, para el perdón de sus pecados."
En ese momento de la Misa el pan se convierte en el Cuerpo de Jesucristo y el vino en su Sangre. Pero es importante saber también que en ese momento el Sacerdote le presta su CUERPO a Jesucristo para que sea Él (JESUCRISTO) Quien celebre esa consagración: el Sacerdote pronuncia las Palabras pero es Jesucristo Quien convierte el pan en su Cuerpo y el vino en su Sangre. En ese momento Jesucristo se hace presente en su máxima expresión en la Misa, y no creo que le gustaría hacerse presente en el cuerpo de unaMujer. A ningún hombre le gustaría “utilizar” el cuerpo de una Mujer, aunque fuera por unos instantes, para realizar por medio de ese cuerpo alguna actividad o acción; de la misma forma en que ocurre lo inverso (a ninguna Mujer le gustaría “usar” el cuerpo de un hombre, aunque fuera por unos instantes, para realizar por medio de ese cuerpo alguna actividad o acción); por más santa o santo y digno o digna que sea la persona que le prestara su cuerpo a la otra.
Además hay que señalar que hay muchas Mujeres más santas que muchos Sacerdotes.

Lo mismo ocurre cuando el Sacerdote perdona los pecados en el Sacramento de la Confesión: le presta su CUERPO a Jesucristo para que sea Él (JESUCRISTO) Quien perdone los pecados. Y por la misma razón a Cristo no le gustaría hacerse presente en este Sacramento con el cuerpo de una Mujer por la razón lógica de que Él es hombre.

Los Hombres y las Mujeres tenemos la misma Dignidad, es solo cuestión de género y el género es una de las limitaciones que tenemos los humanos. Debemos señalar que Hombres y Mujeres somos iguales en cuanto a dignidad y en cuanto a derechos; diferentes en cuanto a nuestro cuerpo y en cuanto a nuestras obligaciones y nuestras funciones sociales; y complementarios en cuanto a que debemos servirnos mutuamente mediante nuestras diferencias genéricas.

Es importante añadir que “la Mujer” (las Mujeres en general) también ha sido objeto de predilección por parte del Mismo Jesucristo y de La Misma Iglesia, principalmente en María, al ser elegida para ser su mama (y mama de toda la Humanidad); así como hay otros pasajes de los Evangelios en los que Jesús le da preferencia al género femenino (al pie de la Cruz y en la Resurrección, por mencionar algunos ejemplos). Otro ejemplo contemporáneo clarísimo es la Carta que Juan Pablo segundo escribió a Ellas en 1995 (la cual es muy recomendable leer para darse una idea de los que piensa La Iglesia de Ellas).

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MensajePublicado: Mar 24 2016    Título:
Jaz_242 | | Invitado

yo creo q tu actitud esta mas influenciada por el factor social, la crianza, los prototipos, etc... recuerda q Jesucristo fue un hombre de genio apacible, humilde de corazón (por ende nunca lo imaginaras saludando a sus discípulos con palabrotas), incluso en un texto menciona q dejaba recostar sobre sus hombros a sus discípulos, y bajo ningún contexto s*xual (algo q ya esta influenciado en nuestra sociedad el no dejarse besar entre hombres, etc) estoy segura q a los hombres les encanta ser dulces y demostrar amor a los demás pero por el "q diran" no lo hacen.

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MensajePublicado: Mar 25 2016    Título:
Zendor | | Invitado

La Biblia dice que, a menos que poseamos el ágape, incluso aunque seamos capaces de hablar en lenguas angélicas, no somos más que címbalo que retiñe. Si “entendiera todos los misterios”, o si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor (ágape), nada soy. Si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, de nada me sirve sin ese maravilloso don del amor ágape.

Nuestro amor común, lo que los griegos llamaban eros, depende del valor o belleza de lo que amamos. Pero el ágape es libre, es independiente y capaz de amar a quien es indigno de ese amor, incluso de amar a sus enemigos.

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