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Lo perfecto no puede determinar lo imperfecto

MensajePublicado: Abr 07 2014    Título: Lo perfecto no puede determinar lo imperfecto
Incredulo | | Invitado

LO PERFECTO NO PUEDE PRODUCIR LO IMPERFECTO

Estoy convencido que si yo sometiese a un creyente esta cuestión: “¿Lo imperfecto puede producir lo perfecto?”, este creyente me respondería sin la menor vacilación y sin el menor temor de equivocarse: “Lo imperfecto no puede producir lo perfecto”.
En ese supuesto digo yo: “lo perfecto no puede producir lo imperfecto” y yo sostengo que mi posición posee la misma fuerza y la misma exactitud que la precedente, y por las mismas razones.
Hay más aún: entre lo perfecto y lo imperfecto no existe solamente una diferencia de grado, de cantidad, sino también una diferencia de cualidad, de naturaleza, una oposición esencial, fundamental, irreductible.
Hay más todavía: entre lo perfecto y lo imperfecto no hay únicamente una diferencia más o menos profunda y amplia, sino un abismo tan vasto y tan profundo que nada podría franquearlo ni llenarlo.
Lo perfecto, es absoluto; lo imperfecto, es relativo: a los ojos de lo perfecto, que es todo, lo relativo, lo contingente, no es nada; a los ojos de lo perfecto, lo relativo es sin valor, no existe y no está al alcance de ningún matemático ni de filósofo alguno, establecer una relación -la que sea- entre lo relativo y lo absoluto; a fortiori, esa relación es imposible cuando se trata de una relación tan rigurosa y precisa como la que debe existir necesariamente entre Causa y Efecto.

Es, pues, imposible, que lo perfecto haya determinado lo imperfecto.
Por el contrario, existe una relación directa, fatal y en cierto modo matemática, entre la obra y el autor de ella: tanto vale la obra, tanto vale el obrero; tanto vale obrero, tanto vale la obra. Es por la obra que se reconoce al obrero, como es por el fruto que se reconoce al árbol.
Si yo examino una redacción mal hecha en la que abundan las faltas de francesas, en la que las frases son mal construidas, en la que el estilo es pobre y desaliñado, en la que las ideas son raras y banales, en la que los conocimientos son inexactos, no se me ocurrirá la idea de atribuir esa mala página de francés a un cincelador de frases, a uno de los maestros de la literatura.
Si yo dirijo la mirada sobre un dibujo mal hecho, en el que las líneas son mal trazadas, las reglas de la perspectiva y de la proporción violadas, no se me ocurrirá jamás atribuir ese esbozo rudimentario a un profesor, a un maestro, a un artista. Sin la menor vacilación, diré: la obra de un alumno, de un aprendiz, de un niño; y tengo la seguridad de no cometer error, tanto es verdad que la obra lleva la marca del obrero y que, por la obra, se puede apreciar al autor de ella.
Luego, la Naturaleza es hermosa; el Universo es magnífico y yo admiro apasionadamente, tanto como el primero, los esplendores, las magnificencias de las que nos ofrece constante espectáculo. Sin embargo, por entusiasta que yo sea de las bellezas de la Naturaleza y no importa el homenaje que yo le tribute, no puedo decir que el Universo es una obra, sin defecto, irreprochable, perfecta. Y nadie se atrevería a sostener tal opinión.

El Universo es una obra imperfecta.
En consecuencia, digo yo; hay siempre entre la obra y el autor de ella una relación rigurosa, estrecha, matemática; luego, el Universo es una obra imperfecta: el autor de esta obra, pues, no puede ser sino imperfecto.
Este silogismo conduce a poner en evidencia la imperfección del Dios de los creyentes y, por consiguiente, a negarlo.
Puedo todavía razonar de la manera siguiente:
O bien no es Dios quien es el autor del Universo (expreso así mi convicción).
O bien, si persistís en afirmar que es él autor, el Universo siendo una obra imperfecta, vuestro Dios es en sí mismo imperfecto.
Silogismo o dilema, la conclusión, el razonamiento resta lo mismo:
Lo perfecto no puede determinar lo imperfecto.

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MensajePublicado: Abr 08 2014    Título:
Jorgeluisram | | Invitado

La causa primera y esencial de todos los males en el Mundo.

En muchas ocasiones le echamos la culpa a Dios por muchas cosas malas que pasan en el mundo, cosas que Él permite, aunque no le agraden y aunque vayan en contra de su infinita bondad, de su infinita justicia y de su infinita misericordia; por ejemplo: el hambre mundial, las pestes o pandemias, los genocidios, las guerras, etcétera.

Sin embargo hay que tener en cuenta que en el plan original de Dios no íbamos a morir (teníamos el don de Inmortalidad), no íbamos a enfermarnos ni a cansarnos ni a sentir dolor físico ni moral (teníamos el don de Impasibilidad o Inmunidad), íbamos a tener dominio competo sobre nuestras pasiones (teníamos el don de Integridad), e íbamos a aprender las cosas con la primera experiencia que tuviéramos con ellas (teníamos el don de Ciencia). Estos dones se conocen como preternaturales y los perdimos, junto con la amistad completa que teníamos con Dios debido al primer pecado que cometieron Adán y Eva, y cuyas consecuencias nos heredaron por naturaleza –no nos heredaron el pecado en sí, nos heredaron las consecuencias de ese pecado por la lógica transmisión de su naturaleza a nosotros que somos sus hijos –, por eso el pecado de desobediencia de nuestros primeros padres, o Pecado Original es la causa primera y esencial de todos los males en el Mundo. Sin los dones de la Integridad y de la ciencia nos convertimos en unos egoístas, perezosos, recelosos, convenencieros y maliciosos, entre muchos otros defectos, y sin los dones de la inmortalidad y de la inmunidad las consecuencias son obvias y saltan a la vista: nos enfermamos, somos frágiles y sufrimos bastante, física y moralmente. Sin embargo, a pesar del deterioro de nuestra naturaleza, no perdimos la Libertad, que es con lo que podemos y debemos ganarnos el Cielo, que es el Fin Último de nuestra existencia, lo único que debemos hacer como consecuencia de ese pecado es trabajar más arduamente para lograrlo; por otro lado con la Redención que llevó a cabo Jesucristo recuperamos la amistad con Dios y adquirimos gracias y dones mejores que los que hubiéramos tenido si no hubiéramos cometido el pecado original, tales como la Filiación Divina y la permanencia de Dios en la Eucaristía.

Por otro lado podemos preguntarnos: ¿Sabe Dios lo que voy a hacer mañana o la próxima semana? Y sí lo sabe, entonces, ¿no es igual que tener que hacerlo irremediablemente? Si Dios sabe que el Domingo iré a ver una película, ¿cómo puedo elegir no hacerlo? Esa duda nace de confundir a Dios conocedor con Dios causante. Que Dios sepa que iré a ver una película NO es la causa que me hace ir, o al revés, es mi decisión de ir al cine lo que produce la ocasión de que Dios lo sepa. El hecho de que el meteorólogo sepa que lloverá mañana, no causa la lluvia, es al revés: la condición indispensable de que mañana va a llover proporciona al meteorólogo la ocasión de saberlo. Por otro lado, por la misma libertad que Él me dio, Dios no puede saber con certeza que voy a lograr una cosa que yo me he propuesto hacer (aunque Él conozca mis pensamientos e intenciones), por dos razones: primero porque esa misma libertad me permite cambiar de opinión antes de llevar a cabo la tarea que originalmente me propuse hacer, y segundo porque esa misma libertad que me dio también se la dio a mis semejantes y cualquiera de ellos podría (intencionalmente o de forma involuntaria) desviarme del camino para lograr el cumplimiento de dicha tarea. Maravillosamente, pero también impresionante y terriblemente, debido a la misma Libertad que Dios nos ha dado, los Seres Humanos somos las únicas creaturas que podemos ponerle “zancadilla” a los planes de Él, pero por ventura de su misma gracia también podemos aceptar y colaborar con esos planes. Por poner un ejemplo digamos que María tiene 3 años de edad y que Dios ha pensado en ella para que sea una doctora pero a un individuo se le ocurre matarla antes de que termine su licenciatura, entonces ese individuo ha impedido ese plan que Dios tenía con respecto de esa niña, ya que nunca llegará a ser doctora; a pesar de todo su Poder en ese caso Dios no puede hacer nada debido a que Él no se contradice dándonos la libertad y luego quitándonosla.

Siendo estrictos teológicamente es importante agregar que, rigurosamente hablando, Dios es la Causa de todo lo que sucede. Dios es, por naturaleza, la Primera Causa de todo. Esto quiere decir que nada existe y nada sucede que no tenga su origen en el infinito Poder de Dios (incluso Él creó al diablo y lo mantiene en la existencia), pero Éste es el Origen Primero, no el origen inmediato de las cosas, por ejemplo: el origen inmediato de la combustión es el fuego, mientras que el Origen Primero es Dios; y el origen inmediato de una vasija artesanal es el alfarero que la fabricó, pero el Origen primero es Dios; así mismo nosotros somos responsables de ser el origen inmediato de nuestros actos aunque Dios sea el Origen Primero de ellos. No es importante entrar aquí en la cuestión filosófica de la causalidad, es bastante con saber que ni la Divina Providencia (el Poder de Dios de mantener las cosas en la existencia), ni la existencia misma de Dios nos impiden ni nos obligan a hacer lo que nosotros libremente decidimos hacer, porque en eso consiste precisamente nuestra libertad: en que nosotros podamos tomar nuestras propias decisiones y ponerlas en práctica; esa causalidad solo limita nuestra libertad pero no la obstruye ni mucho menos la anula; lo único que realmente limita nuestra libertad es la misma naturaleza humana, los Ángeles (y todos los coros celestiales) tienen una libertad más perfecta que los hombres porque no dependen de un cuerpo humano como nosotros, el hecho de que sean espíritus puros les da muchas ventajas sobre los humanos.

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MensajePublicado: Abr 08 2014    Título:
Incredulo | | Invitado

Cita:
En muchas ocasiones le echamos la culpa a Dios por muchas cosas malas que pasan en el mundo, cosas que Él permite, aunque no le agraden y aunque vayan en contra de su infinita bondad, de su infinita justicia y de su infinita misericordia; por ejemplo: el hambre mundial, las pestes o pandemias, los genocidios, las guerras, etcétera.


Si dios es el origen de todo resulta evidente que tambien lo es del mal. Si dios lo permite no se puede hablar de un dios bondadoso.

Cita:
Sin embargo hay que tener en cuenta que en el plan original de Dios no íbamos a morir (teníamos el don de Inmortalidad), no íbamos a enfermarnos ni a cansarnos ni a sentir dolor físico ni moral (teníamos el don de Impasibilidad o Inmunidad), íbamos a tener dominio competo sobre nuestras pasiones (teníamos el don de Integridad),


En la leyenda del Genesis no existe inmortalidad, era preciso que el hombre comiera del arbol de la vida, pero cuando el hombre come del arbol del conocimiento se abren sus ojos, antes no sabían nada, ni que estaban desnudos (Gen 3:7 Abriéronse los ojos de ambos, y, viendo que estaban desnudos) y "Elohim" (los dioses ya que es plural de Elhoa) dicen "impidamos que coma del arbol de la vida no sea que sea como nosotros conocedor del bien y del mal" (Gen 3:22 y dijo: Ved ahí a Adán que se ha hecho como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; ahora pues, echémosle de aquí no sea que alargue su mano, y tome también del fruto del árbol de conservar la vida, y coma de él, y viva para siempre.)
O sea que lo pretendido por dios o dioses ( no está claro) era la total ignorancia del hombre.


Cita:
por eso el pecado de desobediencia de nuestros primeros padres, o Pecado Original es la causa primera y esencial de todos los males en el Mundo.


Pero habiamos visto que el hombre era ignorante del todo, no se le podía castigar por no saber, era un alma de dios sin malicia...

Todo el resto es de este mismo tipo, un sarta de afirmaciones sin base que no resisten el menor análisis.

Saludos

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